JUEVES 18 de Abril de 2024
 
 
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La VII Cumbre de la CELAC: Un volcán por erupcionar

Argentina vibra y mal, en las últimas horas, en razón de las presencias que se materializarán en la VII reunión Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que traerá al país a varios presidentes latinoamericanos muy cuestionados, por considerarse sus gobiernos: dictaduras.

En realidad no encontramos que las fechas estén prefijadas y tampoco que no exista la posibilidad de alterarlas y máxime cuando el presidente del país anfitrión en este caso Argentina, detenta la presidencia pro témpore del citado organismo.

Y hacemos referencia a este aspecto porque nuevamente la figura del presidente Alberto Fernández ha quedado en el ojo de la tormenta y la tempestad es cada vez más rigurosa.

EE.UU., a través de su departamento de Estado ha puesto una recompensa para quien detenga a Nicolás Maduro Moro, presidente de Venezuela a quien se acusa de cometer delitos de lesa humanidad en su país, al que ha sometido, a través del ejercicio de una dictadura dibujada como ‘democracia’.

También son cuestionadas las presencias de los presidentes de Cuba y Nicaragua, Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega, respectivamente, quienes también fueron invitados a participar de la cumbre de la organización internacional y a quienes se les adjudica manejar sus países en forma dictatorial.

El tema ha generado una reacción a la que se han sumado, casi todos los sectores de la oposición, siendo los más notorios los de Juntos por el Cambio, la titular del PRO y los liberales, caso Javier Milei, que han pedido diferentes acciones de las autoridades para que impidan el arribo al país de los tres mandatarios signados.

Por otra parte, la visita del dictador venezolano, invitado por el presidente Alberto Fernández a participar de la reunión de la CELAC, determinó que gran parte de la oposición presentara, a través del Foro Argentino por la Democracia en la Región (FADER), una denuncia que recayó en el Juzgado Federal Nro. 7, a cargo de Sebastián Casanello, y en la Fiscalía Nro. 11, que conduce Germán Pollicita, para que se investiguen delitos que han transgredido normas de una democracia.

A estos movimientos, se les suman los que están ejerciendo ciudadanos venezolanos que debieron asilarse en Argentina, ante la persecución de que fueron objeto en su país de origen: Venezuela y que piden se lo indague y juzgue por delitos de lesa humanidad.

A medida que nos acercamos al 24 de enero, fecha de la Cumbre, el clima se enrarece y no tiene signos de que el enojo, que se hace evidente en estas horas, disminuya, por el contrario, preanuncianque podrían dar lugar a manifestaciones que pongan en evidencia el malestar social que estas presencias originan en el país.

Esto forma parte de las incongruencias gubernamentales que se hacen muy difíciles de comprender. Se vislumbra una demostración de pretender tener poder e incidencia en Latinoamérica y países caribeños. Pareciera una forma muy poco ortodoxa de pretender ganar espacios en la política nacional.

Si así fuera creemos que se está ante un grueso error, que con Alberto Fernández se viene repitiendo, desde que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo como objetivo su desestabilización y con el correr de las acciones emprendidas, el desgaste postergó cualquier aspiración de crecer políticamente al amparo del Frente de Todos.

Estamos frente a un nuevo escenario de conflicto interno, atento a que la postura gubernamental, sigue siendo de aquiescencia, hacia mandatarios latinoamericanos que son severamente juzgados por sus acciones contra las libertades individuales en sus respectivos países.

En medio del inicio de un año electoral con enorme confrontación interna, el presidente Fernández se muestra intentando poner sobre la mesa un poder gubernamental, que hoy está lejos de poder materializarlo, más allá de que lo intente.

El otro aspecto a tener en cuenta es el silencio, que hace mucho ruido, de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien hasta ahora observa cómo se desarrollan los acontecimientos, sin verter opinión salvo para defender su posición en torno a sus causas judiciales, en este caso la del Pacto con Irán.

Fiel a su estilo el tema que se discute, pasa por otro andarivel del Estado. Esta actitud no coincide con su comportamiento político internacional. Siendo que ha sido ella desde sus gobiernos y en forma posterior, quien más se acercó a esos gobiernos de Latinoamérica. El presidente Fernández solo está reprisando una película que vimos.

Habrá que esperar cómo se suceden los futuros acontecimientos. Lo que se ve, no presagia tranquilidad y mucho menos respuestas positivas a lo que se pueda llegar a resolver en esta Cumbre de la CELAC.

Como dicen los más sabios: ‘Hay que desensillar hasta que aclare...’

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