LUNES 15 de Diciembre de 2025
 
 
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La pérdida de confianza...

Un factor que está presente en todos los escenarios de la política, tanto nacional como provinciales, y que es origen de múltiples conflictos.

Se escuchan, hablan, hacen reuniones, dejan trascender promesas de comenzar una nueva etapa de reacomodamiento institucional, pero, sin excepción, ninguno confía en el otro.

Estas actitudes, muy humanas por cierto, y comunes a la actividad político-partidaria, tienen décadas y se fueron haciendo más sofisticadas las mentiras que se cruzaban entre los protagonistas pero, al final, mostraron la hilacha y prevalecieron la soberbia, los egos y el intento de predominar sobre el resto.

Tras innumerables muestras de no cumplir con algunos acuerdos o negociaciones establecidas, el presidente libertario Javier Milei pretende que se le crea que mira el futuro mancomunadamente con otras fuerzas, con las cuales deberá acordar, negociar y prestar oídos a los reclamos que -en especial varios estados provinciales- vienen realizando desde hace meses atrás.

El gobierno de la Libertad Avanza, armó -supuestamente por indicación presidencial- una mesa política que tendrá bajo su responsabilidad remontar la tremenda derrota sufrida en el principal distrito electoral del país.

En la realidad, ya no saben a quién culpar, aparecen algunos “perejiles” que están ahí para llenarse sus bolsillos y lograr “pingües negocios”, pero no convence que en realidad sean responsables de la debacle libertaria.

El único que manifiesta alguna solidez en sus expresiones -que con acomodada verba intenta morigerar los 14 puntos de diferencia que logró el peronismo-kirchnerista-, es el Jefe de Gabinete Guillermo Francos, que habla de “soberbia”, de “no escuchar a la gente”. Sostiene que se mejora la “macroeconomía, pero esta no llega a la gente”, y deja entrever que la interna gubernamental está en su apogeo.

El presidente habla ahora de establecer vínculos con los gobernadores -no aclaró cuáles- pero las experiencias de los últimos meses han erosionado cualquier intento negociador. Prometió y no solo que no cumplió: los sometió a un achicamiento de sus recursos al punto de generarles, a varios Estado Federales, problemas para responder a sus gastos internos.

Con absoluta claridad señaló el gobernador salteño las malas formas del gobierno nacional hacia sus comprovincianos, explicitando que: “Hay que hablar menos y hacer más”. Señalando: “A las provincias hay que ayudarlas no empobrecerlas”. Dijo Gustavo Sáenz, gobernador de Salta, entre otras cosas, sobre el gobierno de Milei: “Me cagaron con las obras”.

Nadie cree que puedan tenderse los “puentes” que pretende el presidente libertario - anarcocapitalista Javier Milei. Todos están convencidos que habrá promesas, pero también recuerdan sus palabras tras la derrota sufrida: “No cambiaremos absolutamente nada de nuestros objetivos, corregiremos aquellas cosas donde nos equivocamos, pero vamos con nuestro programa y por más”.

El interrogante surge sin demasiados esfuerzos mentales: Si todo seguirá igual. Si mantendrán los objetivos fijados para su gobierno, nada cambiará. ¿Para qué reunirse con los gobernadores dialogantes?

En realidad, mientras escribía con la mano, borraba con el codo y esas maniobras no pasan desapercibidas. No hay buena voluntad o deseo de cambiar el rumbo, lo real es: “seguimos como vamos”.

Los gobernadores incorporados al factor Provincias Unidas desconfían de la mesa de diálogo que convocó Milei y preparan una muestra de fuerza en Córdoba. La mayoría no tiene motivos para participar en la convocatoria del Presidente. Arrastran reclamos sin respuestas y enfrentan en sus distritos a candidatos libertarios agresivos.

El hecho de un cambio falso es que los principales forjadores de las medidas mileianas, Karina Milei, Santiago Caputo, Federico Sturzenegger, entre los más notorios, son en este esquema: inamovibles. Suceso que señala nada cambiará y deben esperarse acciones mucho más disruptivas.

Por otro lado, que la cabeza organizativa de la campaña para las legislativas de octubre sea el asesor Santiago Caputo, es una forma de rechazar a quienes rodeaban a Karina MIlei y tuvieron a su cargo las estructuras de la campaña de la provincia de Buenos Aires, siendo notorio el fracaso, los Menem y Sebastián Pareja.

Pero hubo un condicionamiento que trascendió se estableció entre los hermanos Milei; ella acepta los cambios pero se queda con el “poder del veto” cuando algo o alguien no sea de su agrado. Nada cambia en el escenario de la Libertad Avanza “El jefe sigue siendo el Jefe”. Ya lo dijo el presidente Milei, “Ella es la que manda y mandará hasta el final del mandato.

Vienen tiempos tempestuosos. Javier Milei ha mostrado sus vulnerabilidades y la ausencia de poder interno que sí tiene su hermana, Karina Milei, pero hay que recordar que a ella no la eligió el 56 por ciento de la sociedad que quería un cambio.

El gobierno hoy trastabilla, los mercados están expectantes para ver si se materializan cambios que muestren otro rumbo y el orden ciudadano observa los acontecimientos, aunque ya no existe la esperanza ni están dispuestos a soportar más ajustes.

El poder hay que saberlo cuidar y hoy el mileismo lo esta rifando.

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