LUNES 17 de Noviembre de 2025
 
 
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La pelea ¿a quién beneficia?...

Ese sería el interrogante que nos permitiría conocer con certeza los objetivos que persigue una pelea interna que solo genera divisiones y grietas que son difíciles de sortear.

Está claro y no es materia de discusión que la palabra del líder de La Plural, el ex gobernador Carlos Alberto Verna, sacudió los escaparates de la política, siempre ha sido así. Vale recordar las “tenidas” verbales de Verna y otro ex gobernador que dejó profundas huellas en la conformación del peronismo pampeano, Rubén Marín.

Ellos se rozaban, empujaban pero nunca dejaban que la “sangre llegara al río”. Se podría interpretar que esos embates se les hacían necesario para tener un “mango de la sartén” cada uno.

Fueron largos años de “peleas” muchas para la “tribuna”, dado que privadamente se charlaba y acordaban. Los tiempos fueron empoderando a uno más que al otro y el “tiempismo” de Carlos Verna para plantear disidencias, crítica o buscar algún resultado interno, fue logrando posicionamientos a los que ayudó que su rival de siempre se instalara en Santa Rosa, alejándose de su pago natal Trenel y de donde había transcurrido gran parte de su vida profesional en General Pico.

En eso vale reconocer que el líder de La Plural, cuando se alejó de González Moreno, se radicó en General Pico, generó las raíces familiares y pese a su desempeño como intendente, ministro, senador y gobernador, nunca decidió alejarse de su General Pico, lugar donde estructuró y delineó su fuerza interna, llegando a la actualidad, donde sin ejercer ningún cargo gubernamental sigue manteniendo peso político, al punto de decidir cuándo jugar y cuándo “vacacionar” ante la inminencia de un suceso electoral.

La reciente aparición de Carlos Verna, podría decirse intempestiva aunque su silencio previo llamaba la atención, ha desencadenado nuevos episodios de internismo, donde se juegan lugares e influencia política para decisiones.

Como se dice vulgarmente, “pateó un hormiguero” y ya nada es igual. Puso en duda un candidato, a quien denostó entendiendo que no estaba condicionado para el cargo y luego se despachó contra un senador peronista y un funcionario del Poder Ejecutivo, que hoy cumple un importante rol, pero al que llega tras haber sido Fiscal de Estado y haberse desempeñado, en la etapa del vernismo, con solvencia y buenos resultados jurídicos.

En el contenido de su ataque, entendemos, sabiendo lo que estaba haciendo, se “fue de mambo” y relacionó familia con política, cuando son realidades diferentes que no constituyen herramientas adecuadas para una confrontación. Esto teniendo en cuenta que al ex gobernador le sobra capacidad para la crítica, sin tener que apelar a “golpes bajos”. Pero como dijo una docente, hoy retirada: “Lo leí y me dije, ese es Verna”...

Todo eso que sacudió la tranquilidad de un día de elecciones, tuvo continuidad en una reacción, que merece ser evaluada, de una legisladora provincial perteneciente al grupo de la Línea Plural, que volvió a generar expectativas en torno a la licitación de Medanito cuestionando aspectos del articulado del llamado.

Cabe recordar que la pulseada en la Cámara de Diputados de la provincia, en torno a la licitación de Medanito, ha venido siendo cuestionado, primero por el bloque de la oposición, liderado por el radicalismo, y cuando eso parecía encarrilarse aparecieron las dilaciones provocadas por el bloque peronista, fundamentalmente por legisladores de La Plural.

Hace dos días, la diputada ultravernista Noelia Sosa denunció públicamente que el Pliego Licitatorio “violenta la voluntad del Legislador” al calcular las regalías de manera teórica. Señaló que la redacción de la propuesta marca como efecto “transferir ilegalmente ganancias” de al menos un 5% al futuro operador.

Y cuando todo parecía encaminarse se produce una alteración que pondría en dificultades que el pleno de la Cámara le dé el visto bueno y, más allá de las explicaciones de uno y otro sector, se siga dilatando un procedimiento que podría resultar perjudicial para la provincia de La Pampa.

Es difícil no dejarse llevar por los sucesos. La Plural, es Verna, quien cuestiona buscando donde tiene su fortaleza política, imponer condiciones. De esta manera es una manera de estar “vigente”, más allá de un posible daño colateral que se produzca.

Forzar salidas, procurando lograrlas con la “pelea” es una metodología que puede o no dar resultados. Por el contrario en un momento de alternativas políticas diferentes, la confrontación interna es un remedio equivocado para alcanzar poder.

Sin lugar a dudas que de estas diferencias no habrá -en este momento- resultados positivos. Los opositores a las políticas del oficialismo pampeano observan, porque ellos pueden lograr beneficios de la atomización interna del peronismo. Un suceso similar al ocurrido con Juntos por el Cambio, luego con el PRO y la UCR.

Difícil de entender, pero si nos remitimos a viejos antecedentes es parte de la lucha que se estableció hace muchos años para ver quién se quedaba con el peronismo pampeano. En definitiva no ganará nadie.

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