SÁBADO 27 de Abril de 2024
 
 
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La Pampa y la dignidad de defender sus derechos

Nunca había sucedido desde los años de la instauración de la Democracia, que la provincia de La Pampa tuviera que pararse con firmeza ante los embates del gobierno nacional que, ajustes mediante, eliminación de partidas y merma coparticipable, procuran asfixiarla.

El mandatario Sergio Ziliotto, desde el primer minuto del gobierno de Javier Milei, mostró su firme decisión de no ceder los derechos que, como Estado Federal, le corresponde a la provincia.

Muchas veces en soledad, en estos 100 días de gobierno mileista, otras con mandatarios provinciales que se han visto sacudidos por las pretensiones del poder central, integrándose al grupo patagónico y, desde esa trinchera, con firmeza y convicción mantener la defensa de todos los pampeanos.

La disputa planteada tiene enormes dificultades. Resulta harto difícil establecer caminos de entendimiento cuando del otro lado sostienen, caso Javier Milei, una posición que no admite concesiones ni posibilidades de acordar, sin que nadie salga perjudicado.

Los condicionamientos son inaceptables. Nadie se sienta en una mesa de negociación, cuando del otro lado sustentan: que primero deben llegar a modificarse algunos aspectos de los contenidos de la Ley Base y DNU, más allá que el verdadero objetivo está centrado en puntos que son principios irrenunciables, determinándose que para conformar unos, deben ser aceptados incondicionalmente los otros.

Coerción y presión que están atadas al manejo de partidas, que constituyen fondos con los cuales Nación siempre respaldó a las provincias. Hablamos de dineros coparticipables, recursos para obra pública que necesariamente requieren de los aportes del poder central; la reposición de fondos a las Cajas Previsionales que quedaron bajo jurisdicción provincial, entre otros ítems, que el gobierno de Javier Milei, a través del Ministerio de Economía, viene cercenando desde el 10 de diciembre.

A la inocultable presión que alcanzan las sorpresivas medidas económicas que soporta La Pampa y otros Estados provinciales, hay que sumarle el disímil comportamiento que se materializa a nivel de las fuerza políticas de oposición, para el caso UCR, Comunidad Organizada y PRO o lo que resta de él, que han convenido ser el marco que enfrenta las decisiones del gobierno provincial, dado que, por primera vez, hay paridad legislativa que impide al oficialismo tener quorum propio.

Esta circunstancia se muestra como un objetivo de presión que procura el sector no oficialista, con el objetivo de tener un manejo, que hoy, dado el planteo de ajuste que realiza el gobierno nacional y que está afectando severamente a la sociedad pampeana, requeriría un frente unificado en procura de alcanzar un equilibrio social y económico que permitan sobrellevar, lo más dignamente posible, las dificultades que se plantean en lo financiero.

Esto no se estaría produciendo, por el contrario, la puja surge y para muchos, caso UCR y PRO, es motivo de una indecisión entre responder al gobierno libertario o defender los derechos de los pampeanos.

Es una realidad que ambas cosas resultarán imposibles de cumplir, en tanto la voluntad presidencial y su entorno es ajustar y manejar las provincias para obtener los proyectos de transformación que están incorporados en el DNU y lo que queda de la Ley Base, pero, fundamentalmente, el otorgamiento de las Delegaciones de Facultades en forma integral.

Es posible que resulte la primera vez que se plantee tener que optar por acceder a las determinaciones de un gobierno nacional que, con su accionar, perjudica a toda la comunidad, o definirse y responderle positivamente a quienes los eligieron, que son los pampeanos, que hoy transitan por un camino con enormes dificultades.

Sergio Ziliotto lo está haciendo. Fijó una posición clara, privilegiar alimentación para los más necesitados, sostener educación, salud, responder al aparato productivo provincial, la obra pública desatendida por Nación y procurar un frente económico-social con sus iguales patagónicos.

Podrán surgir aportes a lo planificado que beneficien al conjunto y deberán ser incorporados, pero lo que no se entiende demasiado es la oposición por la oposición misma.

Enarbolar el “pampeanismo” como el paradigma que debe alentar todos y cada uno de los proyectos que se pongan sobre la mesa de discusión política. El no hacerlo es conspirar con el desarrollo de una provincia chica, cuyo valor electoral es exiguo y que hoy se mantiene dignamente por una administración de muchos años donde ha primado la prudencia y el buen juicio, con sus errores y aciertos, pero mirando por el bienestar de todos los pampeanos.

Nadie pretende abrir juicio sobre las posturas ideológicas que sustentan los sectores que se sienten oposición al gobierno provincial. Pero es indudable que debe ser racional y no solo por el rédito personal o partidario -aunque entre ellos también muestran diferencias importantes- sino buscando conjugar lo mejor para mantener la solidez en medio del ajuste fenomenal que ha afectado a todos los sectores.

Las “peleas” partidarias deben postergarse por objetivos superiores. Nadie va a desconocer que radicales son radicales, PRO es PRO, lo importante es que se note que todos están en el mismo barco que se llama LA PAMPA, y con los pampeanos.

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