DOMINGO 07 de Diciembre de 2025
 
 
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La nueva versión de: “El club de la pelea”...

Utilizamos el título -nacionalizado- de una conocida película, “El club de la pelea” (Fight Club), dirigida por David Fincher y basada en la novela de Chuck Palahniuk, película que profundiza en los temas de la identidad, la alienación y la disociación.

Protagonizada por Edward Norton, Brad Pitt y Helena Bonham Carter, la película sigue la historia de un narrador anónimo que lucha con su sentido de identidad y su lugar en el mundo. 

 

Este ejemplo es una forma de adentrarnos en un escenario argentino donde se está generando el síndrome de la alienación colectiva. Aquello que siempre hemos criticado porque conforma la esencia de la anti-convivencia y malforma a las nuevas generaciones, hoy lo internalizamos y lo vemos como una situación normal.

 

Sorprende, pero no nos resulta extraña, esa controversial actitud de intentar constituir un personaje que se muestra sosegado, que ha transformado su ira cotidiana para convertirse en un responsable y criterioso hombre de la política, que se muestra erudito y fundamentalmente generoso, pareciera ser el objetivo del presidente Javier Milei. El tema será creerle.

 

Basta con observar, sin adelantarnos a los hechos, que lo que vemos no tiene legitimidad y que en realidad está escondiendo los verdaderos propósitos, signados por su formación mental, donde los enemigos siguen siendo enemigos, los débiles y ambiciosos, “reemplazables” y los que comienzan a dimensionarse en el marco de su entorno: simplemente un estorbo.

 

Esa es la imagen que se recoge una vez que se materializa el alejamiento de Guillermo Francos, sin lugar a error el -hoy- ex funcionario que tenía plafón en todos los sectores de la clase política a lo largo y ancho del país, fue la única conexión política sensata que ofrecía el gobierno. Su proyección alcanzaba demasiado espacio y resultaba una incomodidad para el cuestionado “triángulo de hierro”. 

 

El intento de acercamiento al ex presidente y cabeza del PRO original, Mauricio Macri, pretendió mostrar otra faceta del presidente libertario. La realidad indicó que fue un intento frustrado, porque se le puede achacar a Macri no haber sabido gobernar y haber cometido innumerables errores, pero no se llega a los niveles empresariales y políticos siendo un “buenudo”, eso es parte de un andamiaje formativo que lo prepara para desafíos diferentes.

 

Sin lugar a dudas Javier Milei, Santiago Caputo y Karina Milei lo ven diferente y así operan. Los resultados están a la vista, un encuentro fracasado y la crítica de un accionar político no compartido, por lo menos por ahora.

 

El otro enfrentamiento que se procura “tapar” es el que protagonizan el Asesor presidencial y la hermana del titular del Ejecutivo. Ambos extremadamente ambiciosos, operadores sigilosos que no permiten que nadie crezca, sino que “tirios y troyanos”, jueguen al amparo de su sombra.

 

Han conformado un modernoso “club de la pelea”. La cabeza visible, Javier Milei, sonríe plácidamente mientras te organiza el “funeral” que ya está decidido. Se pretende mostrar indulgente, aceptando que el cambio personal es una necesidad para llegar al 2027, pero en su “intimidad” mental y personal, como el personaje de “Dorian Grey”, tapó los espejos para no verse reflejado con sus verdaderas intenciones.

 

Nada nuevo bajo el sol argentino. Sus pasos orientados por inteligentes manejos de nuestros “socios” impuestos, el staff que determinó el presidente estadounidense Donald Trump, avanzan hacia los objetivos que Milei aceptó compartir pero no así todos los argentinos. 

 

Tras ganar los comicios legislativos y redefinir un nuevo gabinete, Javier Milei emprende un nuevo viaje a Estados Unidos para participar del America Business Forum, cumbre global que compartirá con Donald Trump, su principal aliado geopolítico.

 

Se vuelve imperativo ir a recibir directivas. La primera etapa del plan está semiconcluida, casi con seguridad terminada, antes de acudir al nuevo encuentro. 

 

Argentina incierta, con innumerables dudas, enfrenta un muy difícil final legislativo antes del recambio que se producirá en diciembre, fecha en que Milei ha pensado adecuada para pedir “extraordinarias”, presentar una nueva ley Bases 2 y otros proyectos de ley que se muestran controvertidos y de enorme conflictividad a nivel social.

 

De esta manera se sigue avanzando en todos los escenarios posibles. En algunos con enormes dificultades de convivencia, como el caso de Macri que ya alertó: “Tenemos 20 diputados, nos van a necesitar”. Por ahora “puente colapsado”.

 

El “triángulo de hierro” mide fuerzas internas y Javier Milei está esperando el desenlace, aunque su predisposición juega a favor de Karina, sin desechar a Santiago Caputo -por ahora-.

 

Por otro lado, como siempre ha sido en la Argentina, Milei figura solo en la largada, aunque se presume que el oponente aparecerá y tal como suponen analistas de la política nacional “no será del pasado”, sino algo nuevo que ofrezca opciones aggiornadas con las nuevas generaciones.

 

Mientras tanto, para entretener a la “platea”, siguen mostrándose los resultados del “Club de la pelea”, aunque eso no marca futuro, sino inmediatez en procura de alcanzar algún nivel de poder.

 

 

 

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