LUNES 15 de Diciembre de 2025
 
 
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La metamorfosis de la sociedad y la política...

El significado es claro y preciso dado que considera que: “metamorfosis es uno o más cambios que se experimentan durante el desarrollo de algo o alguna actividad, y que se manifiesta no solo en la variación de forma, sino también en las funciones y en el género de vida”.

No hay que realizar demasiado esfuerzo para alcanzar a comparar las variables que ha venido sufriendo la sociedad y la manera de hacer política y sus efectos, desde el advenimiento de la Democracia.
Según lo expresan algunos tratados psicológicos, se establece en la metamorfosis un proceso por medio del cual un personaje transforma su apariencia para adecuarla a su identidad psíquica. Esto también sucede en la política.
Estas alternativas que vive el ser humano obedecen a varios factores que están en estrecha relación con su comportamiento, supeditado a su estructura mental, donde juega su formación intelectual, concatenados con su egocentrismo, soberbia y ambiciones personales.
Todo trasladado a la actividad que se despliega con los años, sumado a la experiencia acumulada tras éxitos y fracasos, son determinantes para ir conformando una sociedad integrada por diferentes escalas que, van dando forma a las distintas personalidades que hoy están en los variados escenarios, desde donde se pretende ofrecer alternativas a la ciudadanía de a pie.
Valgan estas disquisiciones a los efectos de poder entender -si es que se puede- aquello que ocurre en los distintos ámbitos de la política nacional y/o provincial.
El tremendo fenómeno del “cambio” lo colocó en el centro de la disputa el presidente libertario, anarcocapitalista, Javier Milei, quien además trajo una forma de hacer política, marcando un extremismo en todos los aspectos, no solo en la conformación de las estructuras de su gobierno, sino en la forma de conducirse, en el manejo de un lenguaje obsceno, agraviante, que expone y luce como una “cucarda intelectual”.
Puede ser, en realidad lo es, que muchos jóvenes que se sienten incómodos con la sociedad que tenemos aplaudan y festejen una manera de conducir los destinos del país en donde sus habitantes solo son medios prescindibles para alcanzar fines propuestos.
Es “la metamorfosis” de la cual venimos hablando, que también es dolorosa y perjudicial si no se administra con criterio, sensatez y, fundamentalmente, mucha humanidad.
Uno, y no seremos los únicos que recorremos diferentes programas televisivos, algún que otro streaming, donde se puede observar que los insultos, el agravio personal y/o familiar, la denostación constante para señalar el desacuerdo, avanza e invade nuestros hogares en los cuales -la mayoría de las veces- se comparte con adolescentes que se sienten representados en el marco de su natural rebeldía infanto-juvenil que, por otra parte, no es un patrimonio recién adquirido, sino que prevalece en los más jóvenes desde que tenemos memoria.
Todo esto está llevando progresivamente a la destrucción de un sistema de convivencia y respeto natural. Las muestras de violencia diaria son un claro exponente del deterioro de los valores morales que está sufriendo, sin percatarse de ello, la sociedad en su conjunto.
Se ha tomado como justificante buscar culpables políticos. Que puede haberlos, no lo ponemos en duda, pero esta realidad que ha invadido todos los sectores de las comunidades argentinas son problemáticas de difícil abordaje para ponerles fin.
La metamorfosis de la sociedad y la política se refiere a los cambios profundos y constantes que experimentan tanto la estructura social como los sistemas políticos a lo largo del tiempo. Estas variantes pueden ser impulsadas por diversos factores, como avances tecnológicos, transformaciones económicas, movimientos sociales, y la evolución de las ideas y valores.
Cuando se toma un camino equivocado dejando que tenga más preponderancia el ego personal, las ambiciones y el sentir que una fuerza superior los ha colocado en el mundo para ser “líderes”, es evidente se han confundido los roles del ser humano en una sociedad donde, compartir, convenir y lograr lo mejor para subsistir es un objetivo, desvirtuarlo es caer en las redes del egoísmo que produce el exceso de poder.
Es necesario reencontrarnos como sociedad si queremos tener futuro.
 

 

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