Si alguien suponía que la Inteligencia Artificial avanzaba pero con lentitud, dadas las reservas que existían sobre el impacto que podría producir en el marco laboral, evidentemente se equivocaron.
Un adelanto tecnológico que ha generado enormes expectativas en los sectores empresarios, científicos, centros especializados de Salud, ya es una realidad que plantea numerosos interrogantes, fundamentalmente en aquellos ámbitos que podrían verse resentidos porque su aplicación resultaría un serio problema para el factor humano.
Lo hemos comentado en reiteradas oportunidades, desde el mismo momento en que “explotó” como la solución trascendente para los grandes emprendimientos empresarios y científicos del primer mundo.
También analizamos y compartimos los cuestionamientos que surgían desde distintas ópticas de los sectores del trabajo, ante lo que se podía llegar a suponerse, podía conspirar seriamente con la mano de obra humana y convertirse en un reemplazo, que infería solo la inversión de su incorporación, sin que se deba tener en cuenta los gastos que acompañan al trabajador o trabajadora.
Hoy la fuerza laboral se ha convertido en un segmento que se discute por la incidencia que entraña en el marco del desarrollo empresario, fabril, productivo, siendo esto el motivo de que se estén elaborando reformas que tiendan a amortiguar los efectos que se evalúan, afectan las rentabilidades; señalándose como uno de los factores de notable incidencia “la industria del juicio”.
Es razonable pensar que el reemplazo que se producirá a través de la Inteligencia Artificial, acercaría soluciones. Aunque ya son muchos los que consideran que se establece un resultado, pero con simultaneidad se genera un enorme perjuicio de carácter social, por la posible desocupación que provocaría.
Aquellos que dijeron: “faltan años todavía...” no eran tantos y ya está siendo -la IA- incorporada a distintos sectores del trabajo.
En el sector de la Justicia la automatización de tareas y sistematización de documentos, la simplificación de procesos y procedimientos públicos, podrá ayudar a que los juicios sean resueltos en un periodo más corto de tiempo, haciendo que la justicia sea más eficiente.
Esta labor ya se está llevando a cabo y con inusual éxito, dado que permite una mayor rapidez para los procedimientos y se nulifican, considerablemente, las posibilidades del error humano.
Según un informe de Diario Judicial, “En Río Negro, el fuero Contencioso Administrativo, ha puesto en funcionamiento de manera reciente la IA y supera los cinco mil fallos, instrumentados mediante el avance tecnológico”.
A los logrados se suman los organismos de Cipolletti, Viedma y Roca, quienes entrenaron en el proceso de automatización de las ejecuciones fiscales, con notable eficacia.
“Concretamente, la Unidad Contencioso Administrativo de Cipolletti, que comenzó a funcionar la semana pasada, dictó sus primeras cien sentencias mediante la aplicación de Inteligencia Artificial”.
Esta es la realidad que se ha comenzado a vivenciar en diferentes estamentos de la actividad. Ya se dio a conocer, en el ámbito judicial, los resultados óptimos y que tiende, por su naturaleza y eficiencia, a ser probada en distintos puntos de la Argentina.
Las empresas automotrices ya vienen desde hace mucho tiempo poniendo en funcionamiento la IA, sumado a las maquinarias de armado robotizadas que han reemplazado cientos de obreros, que -por ahora- han sido derivados a otras secciones, en las cuales se les está brindando la posibilidad de tecnificarse para complementar el funcionamiento técnológico.
La ciencia, lo hemos referenciado en entregas anteriores, sobre todo la medicina, ya las incorporó para la detección de determinadas anomalías del cuerpo humano, adelantándose a la utilización de sistemas, que sin ser obsoletos, requieren más tiempo para establecer el diagnóstico que demanda el profesional actuante.
Los entendidos en la aplicación de este nuevo avance, sostienen que deben ir acompañados de normativas que aseguren que no es en detrimento de la mano de obra humana, sino que es complementaria y que como tal debe ser utilizada.
El mundo científico expresa que “la inteligencia artificial ofrece un gran potencial para mejorar la enseñanza y el aprendizaje, permitiendo una mayor personalización y eficacia en el proceso educativo. Sin embargo, es importante abordarla con precaución y considerando sus implicaciones éticas y de privacidad”.
Finalmente, se ha establecido que: “La inteligencia artificial no reemplazará completamente a los trabajadores, sino que transformará las tareas existentes y creará nuevos empleos, por lo tanto, es fundamental estar preparados para adaptarse a los cambios y estar en constante aprendizaje para desempeñar nuevas profesiones en un futuro cercano”.
Todo esto nos señala que debemos estar capacitados. El futuro será diferente y hacia él se encaminan las nuevas generaciones. Debemos estar condicionados para incorporarlos a nuestra forma de vida.



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