VIERNES 14 de Noviembre de 2025
 
 
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Jugando con mucho riesgo de perder...

La realidad particular que vive el presidente libertario Javier Milei pone en tela de juicio el equilibrio mental que le es exigible a un primer mandatario.

Presuponer que sus decisiones transitan por el camino correcto y que todos están equivocados, menos él, señala que está sujeto a un análisis de especialistas en comportamiento humano, al no reconocer la incidencia que puede provocar no identificar límites, no saber o distinguir con precisión cuándo se equivoca. No admitir el error ni el fracaso, sucesos que están planteando un escenario peligroso para un país con muchas falencias, con un deterioro social y económico del cual no puede salir.
Un presidente que muestra varias personalidades diferentes, que operan de acuerdo a las circunstancias que lo rodean, plantea un verdadero problema existencial.
Se materializó una figura agresiva, que gozaba con la denostación y el agravio permanente hacia quienes no pensaban como él. Se sintió un ‘”mesías”, que ayudado por las “Fuerzas del Cielo” venía a transformar un país y la vida de 46 millones de personas.
De esta manera venimos recorriendo algo más de año y medio de gobierno de un personaje surgido de la farándula, formado en economía, que vendió un futuro libre, de la denominada “casta corrupta”, con un futuro de grandeza donde igualarían a la Argentina con los mejores del mundo. Situación hasta ahora no lograda y cada vez más alejado de conseguir ese objetivo.
Se sintió un líder, un gran conductor. Era solo Milei y su hermana Karina, el resto acompaña mientras se preste sumisamente al logro de los objetivos propuestos.
Pero el país, y sus problemas internos, materializó otro escenario al que en gran medida contribuyeron gobiernos que bajo el paradigma “Vamos por todo” se llevaron puestas tres generaciones, que hoy transitan por la extrema pobreza y la total indigencia.
Un panorama grave en lo social, incierto en lo económico y jugando con los grandes, intentando ser como ellos, sin percibir que nadie se hace poderoso y es considerado entre los más influyentes del mundo por el solo hecho de asociarse con países que no han logrado salir del estado emergente en el cual están considerados, caso de la Argentina de hoy.
En este estado de confusión permanente, con mucha incertidumbre por el futuro que no se ve; perdiendo la dignidad de ser un país libre para convertirnos en “satélites” de una de las más grandes potencias del primer mundo, los Estados Unidos de América, vamos tropezando con la realidad que el presidente Milei pretende ignorar.
La transparencia que pregonaba como una de sus banderas, ya no existe. Su hermana, actual Secretaria General de la Presidencia -la “pensante” que le da letra al presidente-, está enlodada por denuncias diversas. La primera, que vendieron cargos para armar la estructura del gobierno, la segunda, grave y aún no dilucidada, haber sido partícipe de coimas a través de una institución: Andis, Agencia Nacional de la Discapacidad.
También los “mentideros” gubernamentales hablan de las “cajas negras” que operan bajo el mando del asesor presidencial Santiago Caputo, de donde salen fondos destinados a pautar medios, periodistas y otros menesteres que requiere el presidente Milei.
No se puede soslayar el efecto negativo que ha provocado en las filas de La Libertad Avanza el caso que complica a José Luis Espert, candidato que encabeza la lista para legisladores nacionales de Buenos Aires.
También juegan los innumerables viajes que realiza el primer mandatario. Un gran número sin agendas establecidas y que le sirvieron para ir a sentirse el “mejor presidente de la historia”; recibiendo premiaciones diversas. Esos menesteres le costaron una fortuna a una Argentina que nada en la pobreza, donde los sueldos no alcanzan a fin de mes, desaparece la clase media, se cierran empresas, Pymes, industrias y ahora están huyendo del país distintas inversiones, Carrefour, Shell, además marcas de ropa que prefieren radicarse en Brasil y desde allí asistir a nuestro país.
En síntesis, mucho, todo malo, aunque el presidente sostiene que estamos ganando y que lo peor ya pasó.
Su obsesión por el ejercicio del poder omnimodo lo lleva a ratificar un candidato vinculado con acciones del narcotráfico. Es prácticamente un desafío a la sociedad en general. Alguien o muchos dirían “vamos de mal en peor”.
El 26 de octubre se blanquearán las realidades.
 

 

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