SÁBADO 27 de Julio de 2024
 
 
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La música cuenta su historia 

Juan Pedro López

Anduvo muchos caminos antes de llegar a la fama, que por cierto la tuvo y bien ganada en ambas márgenes del Plata y también allende del Atlántico, en la madre patria, adonde llegara un día de 1929, invitado por el célebre aviador Ramón Franco, a quien cantó la proeza de su travesía con el Plus Ultra, en 1926, que hiciera a estas playas, obsequiándole éste una valiosísima guitarra española, a raíz de un pedido que por carta le hiciera en 1927.

Empieza con guitarra y canto, de adolescente, en los cafetines suburbanos de Montevideo y por 1910, más o menos, viene a Buenos Aires y conoce a Gabino Ezeiza y a Jose Betinotti, entre muchos payadores, y con ellos actúa.

Recorre todos los confines argentinos y de su tierra charrúa en compañía de otros payadores, cantores y guitarristas que luego tuvieron una envidiable fama, tales como Jose María Aguilar, Roberto Fugazzot y Humberto Correa, tres compatriotas que se iniciaron con él.

El parque Goal de la Avenida de Mayo fue el cenáculo criollo dónde dictó por años cátedra de canto y payada junto a Ambrosio Ríos y otros renombrados. Por esa época, era uno de los pocos buenos que quedaban (ya se iba perdiendo el arte payadoril) y, como otros contrapuntistas, empezó a publicar sus versos y así salió “La leyenda del Mojón”, décimas que son sin duda algunas de las más populares en la campiña rioplatense.

A él pertenecen, entre muchas otras, los valses “Recuerdo de mi madre” y “Quema esas cartas”; también la milonga “El Rebenque Fatal” que grabara el cantor Ignacio Corsini. Y “China Hereje”, quien también grabara el anterior nombrado y Carlos Gardel, quien también grabó su tango “Flor Campera”.

Para terminar esta nota diremos que el payador Juan Pedro López nació en Echeverría (Canelones -Uruguay) el 15 de agosto de 1885 y falleció en Montevideo el 25 de enero de 1945.

Colaboración: Daniel Mollani

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