Tenía 44 años, madre de dos hijos y hermana de dos conocidos futbolistas piquenses: Javier y Heber Pedernera.

Por eso, si bien ella se encargó de que su nombre quede para siempre grabado en la historia grande de nuestro fútbol, por ser la primera árbitro que tuvimos, el hecho de ser parte de una familia futbolera que también abarca a los Palacios, los Baigorria, hace que el luto se extienda a todo este popular deporte, en esta parte de la provincia.

Ivana abrazó el arbitraje en los primeros años del 2000 y, a través de esa pasión, conoció el amor formando pareja con Néstor Bajo, conocido silbato de estas canchas.

En un “mundo de hombres”, se supo ganar su lugar y abrir el camino para que luego otras compañeras de esta profesión puedan ocupar el suyo.

Está claro que hoy por hoy le sigue siendo muy difícil a la mujer abarcar un mayor espacio en el arbitraje pampeano y argentino, de ahí es de imaginarse el logro que significó lo hecho por Ivana hace veinte años aproximadamente.

Lamentablemente un cáncer, que en un momento pareció superado, volvió a atacar su cuerpo y ya fue imposible detenerlo. Los últimos tiempos fueron muy difíciles por el prolongado sufrimiento, lo que obligó a ser internada en una clínica de nuestra ciudad donde falleció en la mañana de ayer.

Quisimos acompañar esta breve crónica con la foto de aquella página del ABC en 2004 cuando toda la tapa fue suya, merecidamente suya.

Seguramente habrá mayores reconocimientos del que nosotros le podemos hacer, por ejemplo está muy buena la idea escuchada ayer, de que el nombre del torneo de este año sea el de Ivana Pedernera.

Desde nuestra redacción, el deseo de un descanso eterno y en paz, y el acompañamiento para esa familia futbolera en este duro momento.