Irán juró venganza tras atribuir este sábado a Israel el bombardeo que mató en Damasco a cinco oficiales de la Guardia Revolucionaria, e indicó que “se reserva el derecho de responder” al ataque, mientras se acentúa el temor a una escalada en la región por la guerra en la Franja de Gaza, donde el Ejército israelí continuó su ofensiva contra el movimiento islamista palestino Hamas.
La Guardia Revolucionaria iraní indicó inicialmente que cuatro de sus “consejeros militares” murieron en el ataque en Damasco, así como “miembros de las fuerzas sirias”, aunque unas horas después dio parte de la muerte de otro miembro de ese cuerpo del Ejército, que sucumbió a sus heridas.
La agencia de noticias iraní Mehr afirmó que entre los muertos figuran el jefe de inteligencia para Siria de la Guardia Revolucionaria y su adjunto.
El portavoz de la Cancillería iraní, Naser Kanani, advirtió que Teherán “se reserva el derecho de responder” y precisó que las represalias llegarían “en el momento y el lugar adecuados”.
Además, acusó a Israel de estar implicado en una “tentativa desesperada de propagación de la inestabilidad y la inseguridad en la región”.
El edificio bombardeado, situado en el barrio de Mazzeh de la capital siria, resultó destruido y fue acordonado mientras los socorristas buscaban sobrevivientes entre los escombros.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una ONG radicada en el Reino Unido que cuenta con una red de informantes en Siria, indicó que el bombardeo dejó 10 muertos.
Según la ONG, el barrio donde se registró el ataque es conocido por albergar a facciones palestinas proiraníes y a mandos de la Guardia Revolucionaria iraní, una de las fuerzas de élite de Gobierno iraní.
En Israel, el ejército indicó a la agencia de noticias AFP que “no comenta informaciones de medios extranjeros”.
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