La exhibición está compuesta por 55 obras de Adriana Garbarino, Margarita Espertino, Adriana Ale e Iris Nair Rebecchi. Esta propuesta visual aborda, desde las diferencias estéticas, la constante autorreferencialidad que atraviesan las obras de las cuatro artistas.

Durante la inauguración, Adriana Garbarino, agradeció a todos los visitantes: “para nosotras es una felicidad enorme que sea tanta gente la que hoy esté aquí. Siempre nos encontramos en estos momentos con amigos, con colegas, con estudiantes, con familias. Le agradecemos enormemente a la gente de la dirección de Gestión Cultural del municipio que siempre nos elige para poder usar esta sala donde nuestras obras se lucen hermosamente”.

Con respecto a la muestra, la artista indicó: “Caramelos ácidos es una propuesta que surge hace más de un año, en la que ustedes se van a encontrar con propuestas que son estéticamente muy diferentes de entre sí y nos sentábamos a pensar qué las unía, cómo dialogaban estas obras. Hace un año atrás pensamos que tal vez lo que las une es el contraste que aparece en los caramelos ácidos, que es dulce pero no tan dulce o ácido, pero no tan ácido. Tiene que ver con estéticas que tal vez son como muy armoniosas, tiernas, ingenuas, pero cargan algo dramático, crítico, denunciatorio, irónico, muy sarcástico”.

Finalmente, Garbarino expresó que “para nosotras es la verdad un esfuerzo enorme plantear una muestra de estas características, pero creo que lo hemos logrado. Y la parte más bonita de haberlo logrado es que acá unamos lo profesional con la amistad, ya que no siempre podemos juntar un momento donde podemos hacer arte y a su vez compartir con la gente que queremos”.

Sobre la muestra

La exposición colectiva ahonda en diferentes planos de lo propio y lo privado. Coincidentemente, la narrativa trata sobre las situaciones de vida de cuatro mujeres que tienen historias y contextos compartidos que son transitados y contados desde distintas perspectivas.

“Caramelos ácidos” refiere al contraste de obras que oscilan, por un lado, entre lo tierno, lo delicado, lo dulce y la aparente ingenuidad, y por el otro, lo dramático, lo ambivalente, el caos y el silencio, lo inestable, lo orgánico, la fluidez y la tempestad.

Cada una de ellas tiene una estética que es como un caramelo ácido, de apariencia azucarada, pero con una sensación punzante, cercana a un sabor ambiguo propio de la vida. Son agridulces, una parte amable convive con otra sarcástica o crítica. Allí radica su equilibrio.

Cabe mencionar que la muestra es libre y gratuita.