LUNES 14 de Octubre de 2024
 
 
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Imposiciones a lo guapo...

La “hornalla” se calienta, porque el fuego está cada vez más fuerte. Ya ahora nadie se sorprende de las bravuconadas de los altos funcionarios del Estado Nacional, que no reparan en amedrentar a propios y ajenos en busca de lograr sus objetivos.

No es una actitud mesurada, que procura llevar tranquilidad a la sociedad, sino por el contrario, es hacer abuso del poder dictatorial que ha confundido al presidente de la nación, Javier Milei, al punto de hacerle expresarse inadecuadamente, cuando se dirige a gobernadores, legisladores, o a sus propios funcionarios.

La muestra de una desubicación que está llevando al país a un choque, es lo que se está percibiendo hoy en la Argentina. Nos recordábamos cuando Maduro hablaba con el “pajarito”, presuntamente el espíritu de Chávez, que le decía cómo debía comportarse ante el pueblo venezolano.

Hoy no queremos presuponer que el presidente argentino, el liberal Javier Milei, además de escuchar los consejos de “El Jefe”, su hermana Karina Milei, en algunas sesiones especiales razona con su desaparecido perro Conan y éste, como el legendario “Conan el Bárbaro”, le señala el camino.

Esto es parte de la cinematografía, pero tiene mucho que ver con esta extraña realidad que estamos viviendo. Cómo es posible aceptar que de un presidente, de quien se espera cordura, razonabilidad, control, trascienda que a los gritos en una reunión de gabinete, amenace que va a “fundir a todos los gobernadores”. Todo porque los mandatarios -no todos, pero una mayoría- sostienen principios gubernamentales que tienen que ver con la responsabilidad que le confirieron con el voto los ciudadanos.

Esa infidencia que señala un descontrolado mandatario le costó el puesto al ministro de Infraestructura y marcó la desaparición de la cartera que pasa a convertirse en Secretaría, dependiente del Súper Ministro Luis Caputo.

También el titular de economía lanzó amenazas a quienes se niegan a aceptar a libro cerrado un DNU y los contenidos de la Ley Base, que modifica 600 normas legales que son la base de sustentación de un Estado Democrático.

Raro, difícil de entender, atento a que en un país alterado por las circunstancias de vivir al ritmo que marca la inflación y ahora a los vaivenes de un mercado liberado que hace de la competencia un arma que paga el pueblo, lo que debe imperar es tranquilidad, consensos, acuerdos y establecer las mejores vías para alcanzar la recuperación.

Algo está claro y se ha definido: Milei es nada más que Milei. A excepción de su hermana Karina, el resto es material descartable. Escuchar al vocero presidencial, Manuel Adorni, materializar este posicionamiento: “se eligen los mejores y si en el transcurso del tiempo surgen otros que muestran más capacidades, se los cambia”... Para muestra, solo basta un botón.

Casi fue un aviso a quienes hoy todavía se sientan alrededor de la mesa que preside Javier Milei. Compren salvavidas porque su estancia es a criterio y voluntad de Javier Milei, Karina Milei, Santiago Caputo y Nicolás José Posse. El resto son “partenaires” de la obra que está montando el libertario y su séquito privado.

Pretender subvertir valores institucionales, sometiéndolos a la voluntad y decisión de una o dos personas, es convertir al país en un territorio dominado, sin derecho a opinar diferente. Claramente una dictadura modernosa.

Firmar un dictamen. que surge de un plenario de comisiones legislativas, es sellar el tratamiento de diversos puntos legales que el Poder ejecutivo ha enviado para que le brinden tratamiento. Hasta ese punto, constituye un procedimiento legal, encuadrado en el marco de las normas legislativas vigentes.

Pero intentar, por decisión unilateral de la presidencia, entre “gallos y medianoche”, cambiar el contenido y presentarlo en la sesión plenaria del recinto, es lisa y llanamente romper con el marco de la norma constitucional que fija el funcionamiento de los poderes del Estado.

Y eso pretendió y aún no se sabe si lo mantendrá. Era realizar en una reunión, a todas luces espuria, en un departamento de La Recoleta, directamente acomodar a su gusto el contenido.

Hubo manifestaciones de diversos sectores, a los que se conoce como opositores “dialoguistas”, que se niegan a ser partícipes de esa “transa” y mostraron su intransigencia a prestarse a esa manipulación, poniendo en evidencia que el país se mueve sobre una estructura institucional muy debilitada, corriendo serios riesgos de que se pueda producir un derrumbe total.

Las dudas van surgiendo en la medida que el gobierno de Javier Milei, de acuerdo a sus directivas, cierra todas las posibles vías de acordar o reformular los contenidos del DNU y de la Ley Base, dado que considera que es el único camino que viabilizará la recuperación del país.

Hoy está claramente planteado el escenario de un “todo contra todos”. Predecir el resultado es un riesgo que muy pocos quieren correr, con excepción de los que han tomado partido para uno u otro sector en pugna.

Culmina una semana extremadamente conflictiva. La que se avecina preanuncia nuevos inconvenientes. La posición de dureza extrema que muestra el libertario y su círculo “rojo”, no ofrece garantía alguna que se puedan lograr consensos.

Como expresara el florentino Nicolas Maquiavelo: “No hay nada más difícil de emprender, ni más dudoso de hacer triunfar, ni más peligroso de administrar que la elaboración de un nuevo orden”.
 

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