Eso es lo que acontece en la Argentina de hoy, todos hablaban, conjeturaban, a su manera realizaban aprietes, hacían evaluaciones, algunas antojadizas, en buen romance: “un verdadero revoltijo” que confunde y creó incertidumbre en la sociedad.
Vimos, no sin sorpresa, que un sector del periodismo pretendió ser el “aguijón” que pusiera a los jueces de la Corte Suprema, donde ellos quieren que estén y fundamentalmente que “fallen” cuando ellos se lo reclaman.
El “circo” armado en torno a la ex presidenta y ex vice, Cristina Fernández de Kirchner, más allá de las razones -que judicialmente existen- la trascendencia personal de la indicada, sirvió para poner de relieve odios, rencores, una oportunidad para desquitarse de, suponemos, otroras encontronazos ideológicos.
La Justicia actuó, según lo indican los procedimientos jurídicos vigentes. El Poder Judicial, en la figura de su máximo cuerpo, tuvo que resolver una serie de cuestionamientos, uno de los cuales involucraba el futuro político de quien se muestra como dirigente de un sector que, aún tiene vigencia en los escenarios que plantea la política nacional.
Siempre ha sido un modalidad, un sistema, una norma, que llegar a la Corte Suprema es estar en el limbo de las respuestas jurídicas, ante la ausencia de los tiempos que tiene para hacer conocer sus fallos y resoluciones.
Demora meses, años y muchas veces sus sentencias llegan cuando no tienen aplicación válida, sirven como antecedente y van al archivo. Hoy existieron otras motivaciones y se conoció en un tiempo que raras veces lo realizó la Corte Suprema.
Si esta metodología se nos supone arcaica, que no condice con las necesidades de un mundo vertiginoso, donde todo se acelera y gana tiempo al tiempo, la gran pregunta es: ¿Por qué no se han realizado las modificaciones operativas desde otros poderes?. En este caso debería ser el Legislativo y poner plazos; situación que evitaría se materializaran quienes pretenden ser “más papistas que el Papa”.
Los sucesos están mostrando que se impone un análisis profundo de la actividad Judicial para darle una impronta que tenga relación no solo con las urgencias que determinados juicios demandan, sino aggiornarse a una forma de vida rápida, expeditiva, a tono con los avances de una modernidad que transita sobre las bases de tecnologías de futuro.
El trípode de la Democracia, fijado por la Carta Magna, está centrado en los tres poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El último, el que pone fin a los litigios y planteos, es el que trata los temas jurídicos. Hay razones precisas porqué se da este orden, atento al desarrollo de las cuestiones a tratarse, resultando el último inapelable nacionalmente, porque siempre quedan los recursos internacionales, pero con otras resultancias.
Las peleas políticas que se avecinan están contaminando el Poder Judicial, al punto de pretender acorralarlo para que se defina en los tiempos que políticamente muchos quieren; porque después no sirve a los fines que se persiguen para ganar poder.
Hubo un fallo que ajustado a derecho pone fuera del juego político a la ex presidente Cristina Kirchner, quien ya había anunciado que sería candidata a una diputación en la provincia de Buenos Aires.
La Corte Suprema, emitió su fallo; presumimos tratando de poner distancias con las presiones, y preservar un Poder que debe estar al margen de las contiendas ideológicas, para que sus sentencias -gusten o no- sean respetables y respetadas.
Los tres miembros del Tribunal Supremo habrían emitido su fallo en forma unánime, en relación a las presentaciones realizadas con anterioridad y ratificando los fallos condenatorios anteriores que involucran directamente a Cristina Fernández.
Lo sucedido genera un nuevo escenario político en todo el país. La no participación directa de la dirigente del kirchnerismo, hoy presidente del Partido Justicialista Nacional, obliga a quienes están involucrados en ese escenario ideológico a revisar la conformación de sus cuadros dirigenciales.
Tampoco es factible aventurar qué reacciones se pueden producir en los cuadros sociales que responden a lo lineamientos políticos de Cristina, quien esta invalidada para responder como cabeza dirigencial del kirchnerismo-peronismo.
Conocido el fallo, Cristina Fernández de Kirchner salió a un escenario improvisado frente al PJ Nacional y ante una multitud habló del partido judicial, de los medios que alentaron esta sentencia para alejarla de la competencia y arengó a los presentes a permanecer en la lucha por aquello que sienten políticamente.
Ahora viene una etapa de transición, transcurrida la cual habrá decisiones y se producirán definiciones que fijarán los nuevos escenarios de la política nacional y sus protagonistas.
Habrá que esperar que la “espuma baje” para ver qué queda.
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