SÁBADO 13 de Diciembre de 2025
 
 
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Educación pampeana 

Ferias Escolares: propuestas que integran saberes y potencian aprendizajes

Las Ferias Escolares de Ciencia, Arte y Tecnología son espacios vivos donde las ideas cobran forma, se ponen en juego saberes de distintas áreas y, sobre todo, se comparte el entusiasmo por enseñar y aprender. Así lo demostraron dos instituciones pampeanas que abrieron sus puertas a la comunidad para mostrar lo que trabajan cotidianamente en las aulas, la Escuela Nº 92 de Santa Rosa y la Escuela Nº 91 de Miguel Riglos.

En la Escuela Nº 92 de Santa Rosa, este año la feria escolar se organizó en torno a un enfoque interdisciplinario entre tres áreas: Matemática, Educación Física e Inglés. El objetivo común fue fortalecer el aprendizaje de los números, desde diferentes lenguajes y estrategias, priorizando lo lúdico como herramienta didáctica.

Desde Matemática, el equipo docente trabajó especialmente el valor posicional, clave para que las y los estudiantes comprendan el sentido de los números y puedan operar con ellos. “Buscamos que puedan construir ese conocimiento de manera significativa, no solo memorizarlo”, expresó la docente Claudia, quien explicó que todo el proyecto tuvo una mirada integral.

En Educación Física, la propuesta estuvo orientada a reforzar los conceptos de lateralidad y espacio, indispensables para desarrollar nociones como izquierda-derecha, arriba-abajo, que también se vinculan directamente con la ubicación de cifras y la direccionalidad de los números. “Trabajamos con el cuerpo para vivenciar lo que después aplican en el cuaderno”, contaron los profesores.

En Inglés, las canciones fueron la herramienta estrella para aprender a decir los números. Juegos, ritmo y pronunciación se combinaron para ampliar vocabulario y generar confianza en el uso del idioma.

“Entre las tres áreas fuimos afianzando ese conocimiento para que los chicos tengan más herramientas para apropiarse de los contenidos”, sintetizó Claudia, destacando la importancia del trabajo articulado como motor del aprendizaje.

Juegos matemáticos

En Miguel Riglos, la Escuela Nº 91 también puso en escena su feria escolar con una gran participación de estudiantes, docentes y familias. Aquí, los juegos matemáticos ocuparon un lugar protagónico, especialmente en segundo ciclo. La propuesta buscó no solo afianzar contenidos, sino promover el trabajo en equipo y la cooperación.

“Con los juegos que hicimos durante el año, como el tiro al blanco, trabajamos la numeración de muchas cifras y el orden de los números al sumar”, explicó Allegra, una de las estudiantes entrevistadas. Además, para la feria diseñaron una nueva versión del juego con números de menor valor, pensada para que también pudieran participar chicos y chicas del primer ciclo.

Otra de las iniciativas destacadas fue el bingo matemático, que permitió practicar cálculo mental, uso de la tabla pitagórica, multiplicaciones y hasta incorporar la calculadora como herramienta de apoyo. “Ese juego lo hicimos especialmente para los grados más grandes, con cartones diseñados por nosotras”, detalló Allegra, visiblemente entusiasmada con el proyecto.

La feria también incluyó trabajos de Ciencias Naturales en quinto grado, donde investigaron fenómenos como los eclipses, los movimientos de rotación y traslación de la Tierra y las fases de la Luna. Con maquetas, afiches y modelos interactivos, las y los estudiantes explicaron conceptos astronómicos con claridad y creatividad.

En cuarto grado, se destacó el proyecto interdisciplinario “Una bandera en el río”, inspirado en la visita escolar a Algarrobo del Águila, donde realizaron la promesa a la bandera, el proyecto incluyó una reconstrucción del recorrido por los paisajes de la zona, como el Río Atuel y el sótano de Bairoletto. También trabajaron los deportes en inglés, ampliando su vocabulario a través del movimiento y el juego.

Estas experiencias reflejan una escuela que se transforma, que dialoga con su entorno y que pone en valor el esfuerzo cotidiano de enseñar y aprender. Las ferias escolares, lejos de ser un evento aislado, condensan lo que sucede todo el año en el aula: preguntas, desafíos, estrategias, juegos y mucho compromiso. Tanto en Santa Rosa como en Miguel Riglos, el conocimiento se vivió en movimiento, con alegría, creatividad y sentido. Y en cada rincón de las escuelas, se respiró eso que hace posible lo más valioso: las ganas de aprender.

 

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