La obra tendrá dos funciones en General Pico, su estreno este sábado 9, y una segunda función el próximo sábado 16 de agosto. Ambas citas a las 21 horas en el Centro Cultural MEDANO, de calles 11 y 24.

Las entradas anticipadas se pueden conseguir a través del Instagram @lapecera.teatro o al celular 351-3356976 (Julieta Martín), a un valor de $7000. En puerta las mismas tendrán un valor de $9000. Cabe aclarar que la obra está dirigida a mayores de 16 años.

A su vez, la obra tendrá su recorrido por otras localidades de la provincia. Habrá algunas funciones en La Quimera de Intendente Alvear, y en el Teatro Español de la ciudad de Santa Rosa. También se irán sumando más localidades, que serán informadas a través del Instagram de La Pecera Teatro (@lapecera.teatro).

En escena

Los actores: Yoana Caino, Hugo Gómez, Augusto Becerra, Benji Bejarano, Juan Olgiatti, Gladys Quevedo, Bea Soria y Norma Torta.
Escenografía e ilustración: Ali Guaraglia.
Diseño gráfico: Mariu Martín.

Sinopsis

Entre vínculos, maderas y eclipses, habita una familia.
Entre perros y tazas de té, conviven los afectos, los roces y las ausencias.
En una chacra. 
En esta isla habitan el deseo, los secretos, el misterio...
Una historia sobre elegir, sobre quedarse, sobre partir.
Una historia de amor, identidad y pertenencia.
Una tribu tan única como cualquiera.

Una historia autóctona

La Reforma dialogó con la escritora y directora de “Tribu (la familia Capello)”, Julieta Martín, quien nos compartió todos los detalles de este tan esperado estreno que significa “el momento del contacto con el público, donde se da el verdadero teatro”, expresó.

Con respecto a la historia que va a descubrir la audiencia, la directora indicó: “Se va a encontrar con una historia familiar, bastante autóctona, porque es de una familia que vive en el campo, y tiene vínculos con personas que son más de la ciudad. La familia serían dos hermanas, y los hijos de una de esas hermanas, y después las parejas de esas cuatro personas, que son los Capello. La historia trata sobre todo lo vincular, cómo son las relaciones, en cuanto a las edades, a los géneros, la cercanía a nivel familiar, a nivel amistad, a nivel pareja, que es algo que a mí me llama mucho la atención. Me gusta indagar e investigar los vínculos intrapersonales, entonces de eso tiene mucho”.

“Es una historia bastante realista, si bien tiene tintes poéticos, cualquier público la puede entender y comprender, obviamente cada cual hará su interpretación. Porque hay cosas que quedan abiertas, porque no me gusta cerrar el sentido, sino que se pueda ir procesando junto con el público”, agregó.

En cuanto al proceso que tuvo la obra, Martín explicó: “La escribí el año pasado. Empezó como un taller de montaje escénico. Yo venía dando talleres de entrenamiento actoral y empezamos a trabajar la primera mitad de año e hicimos un entrenamiento más específico con cada uno de los actores, con las particularidades de cada uno de ellos. Y a partir de eso comencé a escribir, a recolectar toda la información y armar no solo, lo que había pasado ahí, sino también cosas que yo venía pensando y sintiendo a través de la historia de las improvisaciones. La búsqueda fue ardua y profunda también.