DOMINGO 06 de Octubre de 2024
 
 
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Estamos mal y vamos peor

Podría ser una clara definición de la situación por la que atraviesa un importante porcentaje de la ciudadanía. Nadie puede alegar que no veníamos mal, con alta inflación, crecimiento de los índices de desocupación, pobreza e indigencia y lo más lamentable con un alto crecimiento de niñez desprotegida.

También es innegable que vamos peor. Todos los indicadores señalan que la pobreza y la indigencia aumentan proporcionalmente a la incidencia que alcanza el nivel de la inflación y las posibilidades de resolverla. Lo mismo ocurre con la niñez marginada desde hace muchos años.

Ante este panorama surge, en el presente político nacional, que sigue una planificación, elaborada por el sector que gobierna, que prometió el cambio, objetivo hasta ahora no logrado y de acuerdo a las circunstancias que se han vivido en los últimos días, se está lejos de obtenerlo.

Creemos que gran parte de ese 56 por ciento que catapultó a la presidencia de la Nación a Javier Milei, fundador de La Libertad Avanza, no seguía con su voto al libertario ni sus alocadas promesas de romper para cambiar, sino establecían claramente que no querían darle continuidad al fracaso.

Sólo realizar una observación alejada de posición ideológica alguna, llegar sin respaldo legislativo propio, contando nada más que con un 30 por ciento de diputados que son “del palo” -todo lo otro es prestado, por acuerdos o conveniencia- es una muestra de debilidad indiscutible.

En otro capítulo de la historia se puede ver que Javier Milei y su reducido grupo de poder, pretende imponerse a los empujones, con amenazas, a los gritos, cuando en política debe primar el buen trato, la negociación, el acuerdo y el consenso, fundamentalmente cuando está en juego la tranquilidad y las mejores formas de mejorar la vida de toda una sociedad.

Acá se están viviendo episodios, que podríamos catalogar de lamentables. La realidad hay que imaginarla, es otra y responde a una estrategia elaborada para accionar de contragolpe, cuando las hechos del “señuelo” hacen que este pierda vigencia.

Lo ocurrido con el tratamiento del DNU, que nunca se pudo tratar, resultando una maniobra claramente inconstitucional, dado que nunca conformó el oficialismo la bicameral y el envío de un paquete de leyes, denominadas Ley de Bases, conteniendo 664 modificaciones a legislaciones vigentes, hoy aparecen como un telón que procuraba ocultar el verdadero escenario que pretenden montar a futuro.

Aparentemente, la decisión -aún habrá que esperar que llegue al país el presidente Javier Milei y su comitiva del viaje espiritual a Israel y posteriormente a Italia para ver al Papa Francisco- es retirar la Ley de Bases del control legislativo dejando el -por ahora- vigente DNU, conociéndose algunas expresiones de su entorno, que continuarán con el proyecto a través de decretos.

Todo raro, una operación que se inició cuando soslayando el principal argumento de su campaña electoral: “Fuera la casta política”, hablar de renovación y cambio y apenas conocidos los resultados de la primera vuelta eleccionaria, se sentó a negociar, justamente con quienes, hasta allí , había denostado, más allá de que plantearon que ésa era una casta diferente...

Es aquí cuando se elaboran dos planes de trabajo: el conjunto, distractivo, en un terreno de completa inseguridad funcional, repartiendo algunos cargos, mientras ponían en marcha, el que para nosotros, es el verdadero escenario futuro de Argentina, donde se sostienen plenas libertades y libre mercado y, fundamentalmente, un manejo unipersonal del gobierno.

Que el Estado no está para responder, moderar y controlar con leyes y normativas al crecimiento de los sectores del trabajo y menos a los pequeños emprendimientos que no sólo producen sino que son células laborales constantes para un gran sector de la población, se supone un desafío “mesiánico”: el libre mercado es hoy una utopía...

Lo que estamos observando es pretender un cambio profundo a los “palos” con prepotencia y generando un Estado patriarcal, donde nada ni nadie puede oponerse a los caprichos del “patriarca”.

En este planteo se pueden apreciar falencias de fondo, que no serán subsanables en el corto plazo. Lo lamentable es que no se den cuenta.

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