Lo hemos venido manifestando en reiteradas oportunidades, sosteniendo que la sociedad tiene en sus manos el futuro de sus hijos.
No es ni Javier Milei ni tampoco algún partido político formado o en formación que prometa cambios que no se cumplen y solo se ve devastación, quebrantos y un panorama desolador de continuar en este ritmo disruptivo.
El libertario-anarcocapitalista, presidente argentino Javier Milei, transita un camino en donde la ciudadanía juega un papel secundario, cuando la realidad indica que debería ser lo más importante.
Insulta, denosta, agrede, utiliza los mecanismos que le ofrecen estrategias elaboradas para “eliminar al enemigo”, sin tener en cuenta -porque realmente no le interesan- los daños colaterales que se producen, los que realmente no se podrán recomponer.
Son abanderados del liberalismo argentino, pretendiendo enarbolar la libertad individual y los resultados del Libre Mercado, desconocer el efecto Estado y transformarlo en una estructura menor, transfiriendo todas las responsabilidades que -hasta ahora ha venido cumpliendo- a la actividad provincial y privada.
Los paradigmas gubernamentales asentados sobre la obtención de superávit fiscal, procuran un resultado positivo de las finanzas públicas, donde los ingresos del gobierno son mayores que sus gastos. Para concretar esta operación funciona el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado.
Además para evitar, a cualquier precio, el déficit de las cuentas internas, apela a recortar los gastos coparticipables a las provincias, utiliza beneficios jubilatorios, como los fondos existentes en el Anses para cubrir diferencias económicas, comprometiendo severamente los ingresos de quienes han aportado durante más de 30 años y hoy no superan la canasta alimentaria.
Este sistema que pretende Javier Milei y su gente, que la ciudadanía adopte a cualquier costo, debe comenzar a medirse coherentemente con las elecciones que se han venido realizando en los últimos meses.
La realidad indica que se han producido los menores porcentajes de asistentes a votar en todas provincias, las cuatro del norte, CABA y las dos recientes, teniendo en cuenta las últimas décadas.
Se le procuran diversas explicaciones, pero nadie va a la médula del proceso que se está produciendo en la sociedad argentina.
El proceso que se ha generado, está producido por quienes no concurren a votar. Para muchos es el desinterés porque se trata de elecciones correspondientes a cada provincia en particular y allí se definen otros intereses que tiene mucho que ver con el localismo.
Pero existe un tema que debe ser contemplado, dado que es mucho el porcentaje que desiste de dar cumplimiento a la obligación cívica de poner el voto en la urna y hacerse responsable por quienes asumen la calidad de representarlos en los ámbitos legislativos locales.
Es un criterio que se recoge cuando se indaga en forma personal a quienes resuelven no concurrir. Hay singularidades que deben contemplarse y a las que obedecen las conductas antivoto, percibidas.
No están conformes con el gobierno de Javier Milei ni aprueban los candidatos de LLA, muchos puestos a dedo, desde el nivel del “triángulo de hierro”.
Pero tampoco coinciden con repetir a los que están o los atrae el ofrecimiento de nuevas opciones pero, que mantienen lineamientos ya conocidos, y no responden a las variables de cambio que la sociedad pretende.
Ante esa disyuntiva, antes de votar en contra de Milei y al no tener nuevas opciones la salida que se evalúa es quedarse en casa y demostrar de esta manera que el disconformismo existe, es real y será un marco opositor al que tendrán que enfrentar quienes están disputándose lugares de poder. Fundamentalmente La Libertad Avanza.
El pueblo está utilizando, para bien o para mal, la herramienta poderosa que puede decidir su futuro. Pero a diferencia de otras compulsas electorales, en esta se está materializando que el poder no es de los políticos, sino es del ciudadano, ciudadana, jóvenes, adultos y los que tienen la primera oportunidad de elegir, con sus matices y particularidades, pero definitivamente no como fue hasta el presente.
En la elección santafesina, el candidato rosarino que ganó clarificó el suceso que está ocurriendo en todo el país: “Hoy el pueblo de Rosario le ganó al presidente, al gobernador y al intendente. Votó sin miedo contra los aparatos, y ganó. Porque hay una mayoría social que la está pasando mal, que no está de acuerdo con lo que está pasando. Pero le falta una fuerza que la represente”.
Es real que Javier Milei está provocando un cambio y no es menor, dado que han configurado una nueva calidad de votante y es para todos, más allá de sus ideologías. Hoy están pensando en sus familias y en el futuro de las nuevas generaciones.
No es el momento de celebrar, porque entendemos que no existen motivaciones concretas que así lo ameriten.
Estamos ante una nueva instancia social, las pruebas son contundentes.
Escriba su comentario