General Pico tiene instalado como comunidad la conciencia de ayudar al otro, las buenas acciones, el valor de actuar como un todo. Pero hay que destacar el trabajo que los y las integrantes de las diferentes entidades solidarias de la ciudad realizan para acompañar a un gran sector de la sociedad.
El significado de solidaridad se basa en el respeto y la empatía que conduce a comprender que el otro necesita colaboración y apoyo; y es que justamente la labor que desempeñan los distintos merenderos de la ciudad apunta a cumplir con esto, teniendo en cuenta que hay muchas familias que viven del día a día, que han visto reducidos sus ingresos y ante la imposibilidad de cubrir sus necesidades alimenticias, tienen que acudir a la ayuda de estos lugares para poder subsistir.
Algunas referentes de estos lugares dialogaron con La Reforma acerca de la labor que realizan diariamente y destacaron en primer lugar que “la gente de General Pico es muy solidaria, los y las jóvenes que nos ayudan también son muy comprometidos, sobre todo en este momento donde a la gran mayoría le cuesta llegar a fin de mes”.
“Uno vé y vive además lo cotidiano, trabajamos todos los días, de lunes a lunes, y cuando alguien te llama, a veces a cualquier hora, se sale y se trata de solucionar ese pedido; siempre estamos en el barrio, en el territorio, tejiendo redes, acompañando al otro, tratando de aliviarles un poco la vida a pesar de que en algunas oportunidades no nos alcanza para todos”, expresaron.
También confesaron que “las sensaciones son muchas, ayudar reconforta pero por otro lado muchas veces te sentís mal porque uno no quisiera que nadie tenga que pasar por alguna necesidad; es feo ver a las familias peregrinar de aquí para allá para conseguir algo que necesitan”.
Las referentes puntualizaron que “todo lo que se hace, se hace por lo general a fuerza del compromiso de quienes donan, de algunas actividades, como sorteos, rifas, y venta de productos elaborados por nosotros mismos”.
Mencionaron que es importante visibilizar estas acciones para que más personas se sumen a colaborar de la manera que puedan, que logren comprometerse y permanecer dentro de estos espacios.
El trabajo comunitario siempre aporta cambios positivos y esto repercute de alguna manera “en uno mismo y fundamentalmente en los demás”, reflejaron.
“Podemos decir que no nos conformamos, en medio de cada necesidad tratamos de conseguir alimentos, ropa, abrigos, o cualquier elemento que nos pidan poniendo todo de nuestra parte, casi de manera incondicional, cuerpo, mente y alma, creemos que eso define a nuestro trabajo, que de verdad te importe el otro”, afirmaron.
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