MARTES 23 de Abril de 2024
 
 
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El silencio y los gritos hacen mucho ruido

Siempre hemos sostenido, en esta columna, que hay políticos-políticas y otros que creen que lo son, pero denotan ser aprendices y estar muy lejos del reducido grupo que sabe direccionar su actividad adecuadamente.

Hay un tiempo para todo. Si se acierta con la oportunidad, se logran los objetivos o por lo menos queda sentado el precedente. Si escapas a esos márgenes y sacudís la tela antes, es muy posible que fracases y no tenga trascendencia. Lo mismo ocurre si intentas logros pasado el momento propicio, estás destinado a no lograr nada de lo buscado.

Eso y otras particularidades hacen que existen notorias diferencias en la denominada "clase política". Insistimos con una valoración, que puede ser discutida, pero que los hechos nos han dado la razón.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, es un cuadro político de enorme envergadura. Es posible que su enorme ego provoque resistencias y que esa ausencia de modestia signifique que se vea por encima de la sociedad a la que puede manejar a su antojo. Recordemos el episodio del "Vamos por todo". Altamente significativo.

Hoy, mientras el sector de la oposición no encuentra el camino del consenso y siguen disputándose primacías, fundamentalmente entre el radicalismo y el PRO, aparecen los promotores del "clamor a Cristina", intentando que no materialice sus palabras que "no estaría en ninguna lista en las elecciones presidenciales de este año”.

En realidad, nunca creímos que la fundadora del Instituto Patria se mantuviera alejada de los cargos políticos que le brindarán un "blindaje" que está requiriendo ante el avance de las causas judiciales que operan en Comodoro Py.

La titular del Senado de la Nación, fiel a su acostumbrada manera de decir sin  hablar, mantiene un silencio que aturde, ante las estridencias de los hombres de la Cámpora y ahora los alineados con "Cuervo" Larroque, que sostienen que Cristina debe aceptar ser la cabeza de la lista del Frente de Todos, mostrando, como respaldo al "clamor", que es la única que tiene un piso electoral que la coloca en condiciones de presentar lucha en los comicios nacionales.

Mientras esto ocurre en torno a las estrategias que se están montando, en el marco de las campañas ya lanzadas para presidenciales, legislativas, comunales y de provincias que -hasta ahora- acompañarán las elecciones nacionales, todos, deambulan buscando acuerdos, frentes, reacomodando sus líneas para alcanzar lugares de privilegio en el armado de listas. En síntesis, se reúnen mucho, concilian poco.

Y no han podido ejercer el dominio del silencio para evitar fracturas y el desgaste que normalmente se produce cuando trascienden situaciones que a la luz de las negociaciones que mantienen se perciben como poco transparentes.

En La Pampa, donde Juntos por el Cambio, que nuclea a la UCR, al PRO, al MID, -entre otras líneas de menor peso- parecían haber arribado, tras las internas partidarias que ganara la Unión Cívica Radical, a consensuar sus pretensiones, fundamentalmente en la lista de legisladores provinciales, donde debían procurar mantener la línea de los que ganaron e intercalar con  la lista perdedora, mostraron que eso no sucederá.

Pero, hecha la ley, aparecen los "interpretadores" y cuando observan los candidatos, que deben cumplir con las normas de distribución de lugares, manteniendo la paridad de género, surgen los que pretenden desconocer la vigencia del sistema D'Hont, que permitiría un armado de lista sábana, respetando fundamentalmente los que ganaron.

Casi al borde del cierre legal -ayer vencía el plazo para la conformación de la lista de candidatos a diputados y diputadas provinciales de Juntos por el Cambio en la provincia-, estuvieron negociando hasta último momento y suponemos que no existió pleno consenso. Eso habla de futuros malestares y enojos.

Naturalmente no lo dirán -eso suponemos- atento a que sería una actitud político-partidaria que poco los ayudaría frente a la cohesión que ha mostrado el FreJuPa y cuyas listas no han sido cuestionadas, en un aparente consenso, que les brinda fortaleza electoral.

El país es un "caldero" donde se están cocinando las fórmulas que pretenden dirigirlo durante el ciclo 2023/2027. Un escenario donde se muestran diferentes orientaciones de carácter político-partidario.

Muchas idas y venidas. Unos por necesidades imperiosas de poder seguir gozando de impunidad, cuando la acción de la Justicia elabora procesos que -no dudamos- tendrán alguna definición a lo largo de lo que queda del presente año y lo que ya está programado para el 2024.

Otros, porque no han encontrado el equilibrio necesario para deponer ambiciones personales y demostrarle a la sociedad argentina que están en condiciones de gobernar anteponiendo a su narcisismo, la obligación moral  que tienen con la ciudadanía.

Todavía veremos correr mucha agua por debajo de los puentes que se han tendido. Especialmente en las contiendas nacionales, no tan así en las provinciales, donde, salvo en provincias muy agitadas políticamente, como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, entre algunas otras, ya tienen conformaciones -no sabemos si muy sólidas- pero estructuradas para afrontar una elección.

Se supone que como expresa el refranero popular: “los melones se acomodan solos en el carro”. La frase apunta a los casos en que hay que comenzar una acción de inmediato, sin darle más vueltas, pues sobre la marcha se ajustarán los detalles que sean necesarios y el que no se acople quedará en el camino.

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