Sin embargo, también se usa para describir una atracción de feria o parque de atracciones con laberintos de espejos. En ambos casos, el “Salón de los Espejos” transmite una sensación de esplendor, opulencia y reflexión, ya sea en un contexto histórico-cultural o en uno de diversión.
No se sabe con seguridad cuándo apareció el espejo en la vida del hombre; lo cierto es que se encuentra desde la más remota antigüedad, en los mismos albores de la Humanidad, cuando todavía no existía la Historia, tan sólo oscuros recuerdos, relatos y leyendas fantásticas. Se han encontrado espejos en todas las civilizaciones, en América, Asia, África y Europa.
Aunque para este siglo materialista el espejo sea tan sólo un objeto de uso corriente en nuestro aseo diario, dadas las circunstancias puede ser utilizado para que refleje las imágenes de quienes -como en la historia de Dorian Gray- ven plasmadas sus verdaderas caras.
La Argentina se ha convertido en un enorme salón de los espejos en los cuales se miran diariamente quienes se han constituido en los personajes del día, que están empeñados en una carrera política de poder absoluto y van mostrando sus diferentes caras. Algunas manchadas por la mentira, otras desfiguradas por las deformaciones que sufren como efecto de sus erróneas acciones; entre otras imágenes que muestran el verdadero rostro de los protagonistas.
El “Yo no fui” es la corta frase que esgrimen todos buscando, con diferentes argumentaciones, lograr sacarse la sospecha de manejos poco claros que se han concretado para alcanzar objetivos políticos a futuro.
Fuimos a repasar la novela de Oscar Wilde y nos encontramos con una serie de definiciones que -más allá del tiempo- cobran actualidad.
Y allí pudimos extraer que: “En la historia del ascenso y la caída de ciertos personajes podría representar, una alegoría sobre la moralidad destinada a criticar, en lugar de avalar, la obediencia a los propios impulsos con la irreflexión y el deber”.
En estos episodios recientemente vividos, donde se ponen en un mismo plano, un proceso electoral, cuyo resultado depende de la ciudadanía, con darle a la Nación un respaldo jurídico de transparencia, que ponga a la sociedad a resguardo de los innumerables hitos de corrupción de las últimas décadas, llámese “Ficha Limpia”, plantea un escenario penoso, que no habla demasiado bien de la clase política que está encaramada en los ámbitos del poder.
Alguien con más sabiduría política que el común de la ciudadanía, hablaba de la etapa de la decadencia y el quebranto de la moral que están sufriendo las diferentes “castas” que hoy conforman la capa política nacional.
Esa palabra tan utilizada por el presidente Milei para denostar a quienes sindica como los hacedores de todos los males argentinos, tiene un amplio significado: “En general, se refiere a un grupo social o a una clase especial, a menudo con una base étnica o racial, que se mantiene separada de los demás”.
“En un contexto histórico, puede referirse a un sistema de clasificación social basado en la mezcla de razas, como el sistema de castas en Hispanoamérica”. Más amplia la acepción de las fórmulas en que las circunscribe el presidente libertario.
Ellos también son “casta”, diferente, tal vez; manejando otros mecanismos y operando con novedosas y aventuradas estrategias, también; pero no dejan de constituir un grupo diferenciado que pretende poder, riqueza y liderazgo.
En ese salón de los espejos se ven reflejados todos, de distinta manera, pero trasuntando sus intencionalidades, que no son diferentes en el fondo, sino transformadas en los métodos.
“Se ha dicho del espejo que es símbolo de la imaginación o de la conciencia, ya que tiene la capacidad de reproducir los reflejos del mundo visible en su realidad formal. Scheler y otros filósofos lo han relacionado con el pensamiento, pues es en el vehículo mental donde se produce la autocontemplación y reflejo del Universo”.
De esta manera compleja avanzamos, procurando comprender las intencionalidades e intentar acceder al espejo que nos remita a la verdad del personaje que trasciende.
Es evidente que muchos integrantes de las “castas” tienen los espejos tapados para evitar ver qué les revela, dado que en definitiva resultarían la verdadera imagen de sus actos.
Todos peleados o por lo menos una gran parte de los integrantes de las diferentes “castas”. Veladas amenazas de uno y otro sector. Una salida, que nadie esperaba la de Carlos Roberto Rovira, ex gobernador misionero y líder político local, quien admitió la llamada del presidente Javier Milei, para que bajara los dos votos de los legisladores de su provincia. Una sospecha, aparentemente confirmada.
Verdad, mentira, operación, estrategia aprovechando el barullo, difícilmente puede saberse. La realidad es que de todos estos “espejos” la única que sigue preguntándose “si es la mejor política de Argentina”, es Cristina Fernández de Kirchner.
En los próximos días comenzarán a verse los resultados. Cuando la espuma baje y quede solo el ciudadano ante la urna.