DOMINGO 28 de Diciembre de 2025
 
 
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Un problema global en expansión 

El reciclado, un desafío que avanza con desigualdades

El reciclado de residuos se consolidó en las últimas décadas como una de las principales estrategias para reducir el impacto ambiental del modelo de consumo actual. Sin embargo, a pesar del crecimiento de la conciencia ambiental y de los avances tecnológicos, el mundo aún recicla una porción limitada de los materiales que produce, mientras que países como Argentina enfrentan desafíos estructurales para fortalecer la economía circular.

A nivel mundial, la generación de residuos crece a un ritmo acelerado. Se estima que cada año se producen más de 2.000 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, de las cuales solo una fracción se recicla de manera efectiva. El plástico es uno de los materiales más críticos: menos del 10 % del plástico producido en el mundo vuelve al circuito productivo, mientras el resto termina en rellenos sanitarios, basurales a cielo abierto o ecosistemas naturales.

Países de Europa lideran las tasas de reciclaje gracias a políticas públicas sostenidas, sistemas de separación en origen y responsabilidad extendida del productor. Alemania, Países Bajos y Austria superan el 50 % de recuperación de residuos. En contraste, en gran parte de América Latina, África y Asia, la falta de infraestructura y financiamiento limita el desarrollo del reciclado formal.

En los últimos años, además, la industria global del reciclado enfrenta una crisis económica. Los bajos precios de las materias primas vírgenes y el aumento de los costos operativos redujeron la rentabilidad del reciclaje, especialmente del plástico, poniendo en riesgo plantas de tratamiento y cooperativas de recuperadores urbanos.

La situación en Argentina

En Argentina, el reciclado muestra avances desiguales. Si bien creció la conciencia ambiental y cada vez más hogares separan residuos, las tasas de reciclaje siguen siendo bajas. Se estima que el país recicla entre el 10 y el 15 % de los residuos sólidos urbanos que genera, muy por debajo de los estándares de los países más desarrollados.

El papel y el cartón son los materiales con mayor nivel de recuperación, impulsados en gran parte por el trabajo de cartoneros y cooperativas. El reciclado de plásticos también mostró un crecimiento en los últimos años, aunque todavía una gran parte de estos residuos termina en rellenos sanitarios. En tanto, el reciclado de residuos electrónicos y peligrosos continúa siendo incipiente.

Un actor clave del sistema argentino es el sector de los recuperadores urbanos, que cumplen un rol social y ambiental fundamental. Sin embargo, la caída del valor de los materiales reciclables y la falta de políticas estables afectan su sostenibilidad económica, generando condiciones laborales precarias en muchos casos.

Políticas públicas y desafíos pendientes

A nivel nacional y provincial, existen programas orientados a fortalecer el reciclado y la gestión integral de residuos, aunque su alcance es limitado. La ausencia de una Ley de Envases con responsabilidad extendida del productor sigue siendo una deuda pendiente, ya que permitiría financiar el sistema de reciclado y reducir la presión sobre los municipios.

El principal desafío para Argentina y el mundo es pasar de un modelo lineal —producir, usar y descartar— a uno circular, donde los residuos se transformen en recursos. Para ello, se requiere inversión en infraestructura, marcos normativos claros, educación ambiental y una articulación efectiva entre el Estado, el sector privado y la sociedad.

Un camino necesario

El reciclado no es solo una respuesta ambiental, sino también una oportunidad económica y social. En un contexto de crisis climática y creciente generación de residuos, fortalecer los sistemas de reciclaje resulta imprescindible para reducir la contaminación, generar empleo y avanzar hacia un desarrollo más sostenible.

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