Kurilla tuvo experiencia de combate en Siria, Afganistán e Irak, fue condecorado con la Estrella de Bronce, y conoce cómo funciona la lógica militar de Irán, que opera contra Israel a través de Hamas en Gaza, Hezbollah en Líbano y los Hutíes en Yemen.
Durante la administración de Joe Biden, Kurilla aterrizó en Tel Aviv para ejecutar una acción militar conjunta con el gobierno de Benjamín Netanyahu, que proponía volar las refinerías de petróleo de Irán y destruir las instalaciones nucleares en Natanz y Fordow.
Ahora, con Trump, el general Kurilla tiene luz verde para definir con el staff militar de Netanyahu un plan de acción destinado a anular el programa de enriquecimiento de uranio de los ayatollahs.
Sin embargo, la línea abierta entre el Pentágono y las Fuerzas de Defensa de Israel no implica que la operación conjunta entre Washington y Jerusalén ya sea un hecho consumado.
“Puedo hacerlo, puedo no hacerlo. Nadie sabe lo que voy a hacer”, señaló Trump en la Casa Blanca cuando le preguntaron acerca de su decisión de sumar a Estados Unidos en la operación preventiva que inició Israel el viernes pasado.
La participación del Pentágono es clave para terminar con la amenaza atómica de Irán.
Israel no tiene las bombas anti bunkers, ni los aviones B2. El Pentágono detenta este potencial bélico, que sólo llegará a Medio Oriente por una decisión política del presidente de los Estados Unidos.
Trump recibió informes de inteligencia en Camp David y en la Casa Blanca. Esa información privilegiada asegura que Irán puede perder su peso geopolítico en Medio Oriente, si Estados Unidos se une a Israel para desmantelar su capacidad nuclear y quebrar su verticalismo teocrático.
Los informes añadieron que la participación explícita de Estados Unidos junto a Israel puede desembocar en un ataque selectivo de Irán contra bases militares y representaciones diplomáticas americanas desplegadas en la región.
Trump tomó nota de este advertencia: hasta el viernes estará cerrada la embajada de Estados Unidos en Jerusalén, y las bases en Irak, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Jordania, ya se encuentran en máxima alerta.
Mientras Trump dilata en estas horas su decisión política, el Pentágono mueve hacia Medio Oriente su poderío militar.
El portaaviones USS Nimitz fue desviado del Mar de China Meridional al Golfo Pérsico, y decenas de aviones de reabastecimiento abandonaron sus bases en Estados Unidos para desplegarse en Europa, una medida preventiva para apoyar el esfuerzo bélico de Israel.
Asimismo, el Pentágono ordenó a dos destructores en el Mediterráneo acercarse a Israel para proteger las bases de Estados Unidos en Arabia Saudita, Irak y Oman.
En este complejo escenario geopolítico, Netanyahu espera la llamada de Trump para confirmar que Estados Unidos actuará al lado de Israel contra las instalaciones nucleares de Fordow.
“La batalla comienza”
Tras los dichos de Trump sobre un posible asesinato, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, publicó un mensaje elevando el tono de las amenazas y despejando cualquier posibilidad inmediata de diálogo.
“En el nombre de Haidar (que la paz sea con él), comienza la batalla. Alí regresa a Khaybar (que la paz sea con él) con su Zulfiqar”, escribió Khamenei en su cuenta oficial de X, acompañado el mensaje con una imagen de un guerrero empuñando una espada ante una puerta fortificada, bajo un cielo en llamas.
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