El ministro de Economía, Luis Caputo, oficializó el próximo paso para acopiar divisas ante inversores y ejecutivos de finanzas en un discurso donde desafió a quienes consideran que hay atraso cambiario: “Comprá, no te la pierdas, campeón”.
En ese paquete de cuatro medidas, hay tres a futuro -privatizaciones, venta de bienes del Estado y concesiones- y una ya implementada: que la compra de dólares en el mercado no sea responsabilidad del Banco Central sino del Tesoro, con pesos provenientes del superávit fiscal. Así, evitaría al BCRA tener que emitir pesos, algo que el Poder Ejecutivo solo reserva para el caso de que la cotización del dólar alcance el piso de flotación.
Ese escenario resulta lejano. El tipo de cambio aceleró su avance desde el 18 de junio, cuando había cerrado a $1.142 hasta superar 1.230 pesos.
Si bien el mercado no interpretó una situación crítica tras esa suba, fue materia de análisis que el dólar escale en medio de los altos ingresos de divisas del agro, que aumentaron ante el fin de la ventana de retenciones más bajas que rigieron en la primera mitad del año.
Un análisis de la consultora PxQ estimó que si el Tesoro usara pesos absorbidos por superávit fiscal para comprar dólares no tendría un efecto monetario expansivo, pero una particularidad contradice esa idea.
La pregunta principal es qué dólares comprará el Tesoro con esos pesos acumulados en su cuenta corriente en el BCRA. Según la definición oficial, se tratará de block trades (operaciones de monto alto y puntual en forma directa con quien ofrezca esos dólares) y que podrían ser empresas o provincias que obtengan financiamiento en el exterior. Córdoba, por ejemplo, cerró un acuerdo por USD 725 millones.
Economistas de la consultora financiera 1816 analizaron el dilema inmediato al que se enfrenta la política económica: “En las próximas 3 semanas el Gobierno podrá elegir entre aprovechar la oferta extraordinaria de divisas (por el remanente de declaraciones juradas de exportación que faltan liquidar) y acumular muchas reservas vía compras del Tesoro o intentar que el peso se aprecie, para consolidar la desinflación”.
Al respecto, se menciona que “el 1,5% de inflación de mayo fue un gran dato, pero los indicadores de alta frecuencia muestran que los precios tuvieron un leve repunte en junio”.
El informe extiende el horizonte temporal y advierte sobre el comportamiento estacional de la balanza de pagos en los meses siguientes: “Una vez pasadas las próximas 3 semanas, Argentina afrontará el trimestre agosto-octubre, un período que ya resulta desafiante para la balanza de pagos debido a la estacionalidad de las exportaciones agropecuarias, porque la gente paga parte de sus vacaciones de invierno en el exterior y empieza a pagar las de verano, y porque en los años impares crece la demanda de dólares por cobertura pre electoral”.
Además, se señala que “en esta oportunidad la política de retenciones puede acentuar el desafío”.
El análisis precisa que “lejos del ‘piloto automático’, en mayo hubo una intervención masiva en el mercado ex Rofex, al punto que sólo en ese mes la exposición del BCRA se incrementó en USD 1.500 millones”.
Reservas complicadas
“Ese conjunto de operaciones hace que sean menos nítidos los ‘precios de equilibrio’ tanto del dinero (tasa de interés) como del tipo de cambio, en un contexto en el que las reservas netas siguen lejos de las metas acordadas con el FMI”.
En tanto, se advierte que “al mantenerse rasgos de la política de ‘ancla cambiaria’ para profundizar el proceso de desinflación, se complicó la posibilidad de recuperar reservas con el Banco Central comprando dólares de un superávit de comercio exterior de bienes y servicios que se ha evaporado, y se ha pasado a depender más y más del ingreso de capitales en una etapa en la que el índice de riesgo país sigue muy elevado”.
El documento sostiene que “no es que la política económica se encuentre en un callejón sin salida. Sí puede ocurrir que, en algún momento de próximos trimestres, el Gobierno se vea obligado a cambiar de prioridades, en caso de que no esté alcanzando ‘todos los objetivos a la vez’”.
También añade una lectura política: “Posiblemente, las autoridades confían en que un resultado electoral muy favorable al oficialismo en setiembre y octubre derrumbe el nivel del índice de riesgo país y que, por ende, pase a ser un mero ‘trámite’ cubrir el déficit de cuenta corriente, junto con refinanciar vencimientos de capital de deuda externa por un promedio de 12.500 millones de dólares/año para 2026 y 2027 pase a ser un trámite”.
Por último, desde Adcap Grupo Financiero advirtieron sobre la situación de reservas del BCRA con números concretos al tomar en consideración la métrica empleada por el FMI, un criterio que sigue para todos los países que analiza, una suerte de “ideal de reservas”, según las características de cada economía.
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