Largas deliberaciones se produjeron el viernes en la Casa Rosada, a donde Milei estuvo acompañado por su hermana y mano derecha, Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem -apuntado en los audios-, el asesor Santiago Caputo; el vocero presidencial, Manuel Adorni y el Ministerio de Justicia. Si bien avanzaron con el despido de Spagnuolo con la acotación de que lo hacían hasta que se esclarecieran los hechos, evalúan denunciarlo.
Mientras las conversaciones giran en torno al tema más acuciante, hacia afuera, en el Gobierno guardan mayormente el silencio. El único habilitado para expedirse, muy por encima, fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que evitó dar precisiones pero deslizó el viernes: “Si un funcionario está diciendo que otro está pidiendo coimas, el que lo dice debería haber hecho la denuncia en la Justicia”.
El vocero Adorni evitó dar conferencias de prensa, esta semana, y suspendió sin explicaciones su programa de los viernes, “Fake,7,8”. Mientras que su segundo en el mando de la Secretaría de Comunicación y Prensa, Javier Lanari, se limitó a tuitear sobre los controladores aéreos.
Dos fuentes coincidieron en señalar que el material que pone contra las cuerdas al oficialismo surge a partir de una “operación política”, pero por ahora se evitaba señalar autores. Los enfrentados sectores liderados por Santiago Caputo y los Menem sellaron una tregua desde que arrancó la campaña y procuraban mantenerla firme, también, en el abordaje del caso más comprometedor para el Presidente después del que se desató a partir de que difundió la criptomoneda $LIBRA.
Esto a pesar de que los principales apuntados son los riojanos Martín y Lule Menem (el segundo fue mencionado con nombre y apellido por Spagnuolo como recaudador de las coimas). “Si las Fuerzas del Cielo o el grupo de los Menem dicen algo ahora se va a leer en tono de interna. Preferimos que esto se trate como algo que afecta al gobierno entero, sin matices”, dijo un importante dirigente violeta.
Más allá de los bandos, en algunos despachos no ponían las manos en el fuego por nadie, ni siquiera los más altos funcionarios apuntados por Spagnuolo. “Son inocentes hasta que se demuestre lo contrario”, se limitaban a sostener.
La investigación se inició este jueves tras la denuncia del abogado Gregorio Dalbón -representante de Cristina Fernández de Kirchner- por delitos de cohecho, administración fraudulenta y negociaciones incompatibles con funciones públicas.