SÁBADO 27 de Abril de 2024
 
 
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El fin de la “Luna de miel”

Desde su inicio, acaecido el 10 de diciembre de 2023, el gobierno liberal-anarcocapitalista de Javier Milei puso en evidencia que una de las herramientas a utilizar en relación a la integración de su staff, era “la purga” donde -salvo el “circulo rojo- los demás caminan por el borde del precipicio, esto ocurre cuando el período de los 100 días marca el final de la complacencia.

El mecanismo utilizado por, fundamentalmente “El Jefe” Karina Milei, es conocido y si es usado sin tener en cuenta factores humanos, capacidades, entre otros aspectos, convirtiéndose en una “cacería de brujas”, con magros resultados.

La expulsión o eliminación de funcionarios, empleados, miembros de una organización, etc., que se decreta por motivos políticos, y que puede ir seguida de sanciones más graves, resulta una metodología que el equipo liberal está utilizando para demostrar que, como advirtió en varias entrevistas: “El que no funciona o se equivoca, se va”.

Es difícil determinar si lo que se busca es una actitud de genuflexión total, donde nadie pueda opinar diferente y contradecir a quien se ve como el “mesías” que vino a marcar el camino a los “descarriados”, “desorientados” argentinos y argentinas hacia el paraíso. También puede entenderse como la ausencia de “cintura‘política, para comprender a los que, con buenas intenciones y pensando que hacen lo correcto, no coinciden con el pensamiento del que tiene el poder”.

Más de una decena de funcionarios han pagado el precio y hoy son los “descastados” que no le sirven más a Javier Milei ni a su hermana Karina. El poder es un “almíbar” que debe saber administrarse, o de lo contrario se convierte en acíbar y se conforman filas de enojados del mismo palo, situación poco conveniente en las circunstancias por las que atraviesa el gobierno del libertario.

Es anormal que, a solo 100 días de gobierno, se vayan engrosando las filas de los disconformes, considerados por Milei como los enemigos, que en realidad no son tales -pese a que él piense de esa manera- son argentinos y argentinas que no comprenden porqué tienen que pagar un precio tan alto, cuando los responsables, según él mismo sostiene: SON LA CASTA POLITICA.

Si se analizan los comportamientos que hasta ahora ha venido mostrando el presidente Javier Milei, algunos de sus colaboradores y cercanos políticos que -antes no estaban de acuerdo y ahora son como hermanos- señala que la premisa es: confrontar, denostar, amenazar, “mear a los enemigos”, generar actitudes “rebeldes” en un hito alarmante. Ese camino de negarse a aceptar o canalizar por las vías que la Constitución le permite al ciudadano defender sus derechos, es caer en el caos y la subversión.

Estos indicadores que se han venido produciendo en los últimos días preanuncian un clima de inestabilidad poco aconsejable cuando, supuestamente, lo que pretende el gobierno libertario es generar el cambio, buscando otros objetivos y un futuro diferente.

En razón de estos aspectos es que se nos supone de un marcado autoritarismo echar la gente que vino a colaborar, fundamentalmente cuando el gobierno del presidente esta conformado por un grupo muy reducido y tuvo que apelar a los aportes de los sectores que acordaron, por caso el PRO, para poder completar lo indispensable para funcionar.

Muchos frentes abiertos, algunos con el poder otorgado por los mismos votantes que le dieron la oportunidad de ser presidente; pero que reafirmaron su apoyo a los hombres que creyeron los representaba en su terruño, nos referimos a los gobernadores, plantea un escenario que, de no encauzarse por la vía del diálogo y el consenso, será de confrontación y en ese caso los resultados, son impredecibles.

Algo está claro y es un proceso por el cual han atravesado todos los gobiernos desde el advenimiento a la Democracia en el 83. El pueblo, en general, pone un limite imaginario, que los analistas denominan la “Luna de miel” y en ese lapso de tiempo, que gira alrededor de los 100 o 120 días de gobierno, le está permitido poner en marcha todo aquello que se comprometió realizaría durante la campaña.

Si el tiempo acaba y los resultados no están, comienza la reversión, que se va manifestando, en algunos casos, lentamente y en otros más rápido y estruendosamente. Esto pareciera pudiera llegar a ocurrir con el gobierno de Javier Milei, y si bien él se niega a visualizarlo. Su entorno, en especial los que han sido y aún lo son, parte de la casta, están procurando ver qué caminos emprender para morigerar las actitudes disruptivas del titular del Ejecutivo y su círculo rojo.

El gran interrogante es ahora saber cuánto tiempo más soportará la presión lo que va quedando de la clase media. En este segmento social está la fuerza productiva que motoriza al país y hoy una de las más castigadas.

Ignorar sus reclamos es desconocer su potencial y se percibe claramente que Javier Milei, cuyo juego es al límite, supone claudicarán y se someterán a sus pretensiones. Siempre hemos señalado que hay que temerle a la “furia de los mansos” dado que resultan una fuerza imparable, especialmente cuando ven afectada su estructura familiar. Vale la pena repensar el tratamiento hacia el otro. Solo, es imposible mover montañas, entre todos es más fácil la tarea.

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