LUNES 14 de Octubre de 2024
 
 
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El drama de la pobreza: la realidad Argentina

De alguna manera hay que abandonar el relato y centrarnos en las realidades que hoy se perciben en todo el territorio nacional. Los índices de pobreza y de indigencia son la prueba palpable que, pese a los relatos, vamos cayendo.

La ausencia de recuperación es un signo evidente que se pone de relieve cada vez que los “movileros” salen a la calle y procuran conocer el estado anímico porque el cual atraviesa una gran parte de la sociedad.

Según el informe de la UCA la pobreza alcanzó al 52% de la población en el primer semestre. El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la universidad detalló a medios informativos capitalinos, que se trata de la cifra más alta desde 2004. Casi el 18% de los argentinos son indigentes.

Según información recogida en el medio Infobae, “La pobreza alcanzó al 52% de la población y la indigencia al 17,9% en el primer semestre, según estimaciones del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA)”.

“Estas cifras representan un aumento significativo frente al 41,7% y 11,9% registrados por el Indec en 2023, y son los valores más altos desde 2004”.

El tema refleja el estado calamitoso por el que atraviesa el país, pese a la cerrada defensa que realiza el presidente Javier Milei, gente de economía y las excusas que surgen cuando se realizan datos comparativos, para señalar que antes estaban peor, y que hoy estamos mejorando.

Hace tiempo que venimos indicando que caminar por determinados sectores de la ciudad de Buenos Aires nos permite apreciar la decadencia social en la que estamos.

Muchísima gente, familias enteras durmiendo en la calle, donde tienen un “hueco” que les permite -a los que tienen- tirar un colchón en el suelo y otros usando cartones como protección contra el frío que se suma al dolor de tener hambre y salvarla solo, si alguien se siente conmovido y les pone alguna moneda.

También es una realidad que la ciudadanía tiene, en un gran porcentaje, graves problemas económicos y que más allá de sentirse conmovidos por ver criaturas que solo piden “algo para comer”, deben ignorarlos porque a ellos ya no les alcanza ni para el transporte que utilizan para ir a sus trabajos. Si es que tienen trabajo.

Mientras el presidente libertario se ufana ante periodistas amigos que vamos mejor, que salarialmente se ha frenado la caída y hablando de los jubilados que están mejorando, la verdadera imagen que se recoge, más allá que se enojen los libertarios, es que veníamos mal y seguimos mal.

No es significativo a esta altura, llevan nueve meses de gobierno, pretender buscar responsabilidades en gobiernos anteriores, que nadie pone en duda que no hicieron las cosas bien, que muchos se enriquecieron a costa de la gran pobreza que repartieron y de los negocios que generaron para llenarse los bolsillos; pero miremos lo que tenemos y veamos cómo sigue la película, porque los anuncios del ministro Regulador y Transformador del Estado, siguen poniendo en práctica distintas formas de ajuste que cierran empresas y generan más desempleo.

Los datos que se dan a conocer ponen de relieve que pueden existir indicadores de la macro economía que señalen que a ese nivel las cuestiones de orden económico estarían regularizándose, especialmente cuando se pone en práctica y funcionamiento la total vigencia del libre mercado. 

Estos informes también rebelan que la micro economía, que compete a todo lo que se desarrolla dentro del país, sufre las consecuencias de una competencia que no puede -a nivel empresario-industrial y productivo-, ponerse a la altura de las ofertas que surgen del primer mundo y que para obtener alguna posibilidad deben reformular sus plantas laborales y eso conlleva a generar más desempleo, por ende más pobreza y finalmente indigencia.

Al complejo problema económico-social, debe acoplarse el efecto de las internas partidarias que, a medida que avanza la cercanía del proceso electoral intermedio, los intereses partidarios personales ponen en riesgo y agudizan la ausencia de tratamientos consensuados que logren soluciones a los problemas internos de los sectores más carenciados.

En el marco del oficialismo, la disputa por restarle participación al ex presidente Mauricio Macri -ya enfrentado abiertamente al asesor del presidente,mano derecha de Karina Milei, Santiago Caputo-, abre frentes de conflicto que se trasladarán adonde pueden tener más efectos:el legislativo.

Los otros sectores también están a la búsqueda de armados y posicionamientos. El radicalismo, empobrecido políticamente, ha centrado su pelea entre los de siempre, de donde no surge ningún nombre con peso e incidencia.

El peronismo busca el nombre. Hoy no lo tiene, aunque se perfilen candidatos. El núcleo duro de Cristina Fernández de Kirchner, sigue vigente, pero sabiendo que no ofrece perspectivas serias de lograr aumentar su poder electoral. Gobernadores peronistas buscan y ponen el acento en lograr equilibrar las economías regionales y simultáneamente barajan nombres.

En síntesis: pobreza generalizada. Pocas soluciones y muchos problemas a futuro, hablan de una Argentina que no ha podido remontar el quebranto.

La realidad nos sigue golpeando con dureza. 
 

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