En la noche de este miércoles se desarrolló en la sala del programa a Dos Voces, que se televisa por la señal TN, el debate de los candidatos a la vicepresidencia del país, por La Libertad Avanza, Victoria Villaruel y de Unión por la Patria, Agustín Rossi.
Se volvieron a materializar dos posiciones antagónicas, que buscan en la chicana desestabilizarse, con algunos temas que mostraron contenidos, pero se desvirtuaban ante las acometidas y el desmerecimiento que procuraban los debatientes, en estos casos puntuales.
Realmente no logramos entender el beneficio de estar viendo y escuchando a alguien exponer, mientras el otro interrumpe, se enoja, hace gestos e interfiere con diferente tipo de expresiones.
El debate es parte de una democracia con transparencia, que pone a consideración de la ciudadanía, que piensa sobre distintos tópicos, que se acuerdan y conforman parte de las futuras estructuras de las plataformas de gobierno, si llegan a la presidencia.
Estos aspectos nadie lo pone en duda, ni se discuten. Es necesario saber como asumirán responsabilidades ante las dificultades económicas, sociales, empresariales, industriales, monetarias, financieras, educativas, salud, seguridad, trabajo, indigencia, inflación entre otros quebrantos que están causando severos daños a la sociedad argentina.
Todo eso se supone un ideal para que el futuro votante del proceso eleccionario que se desarrolla el próximo 19 de noviembre, tenga resuelto su voto o por lo menos tenga opciones que le otorguen la posibilidad de elegir.
Pero lo que observamos nos mostró dos frentes con enormes diferencias en la mayoría de los temas puestos a consideración, en el debate.
Fue una ‘riña de gallos-gallinas’ con destempladas respuestas que no aportaron absolutamente nada. Solo dejaron la evidencia que ambos protagonistas no discutieron propuestas, sino posicionamientos personales y partidarios.
Más tranquilo el candidato de Unión por la Patria, no así la vice de La Libertad Avanza, quién desde la presentación, se mostró nerviosa y enojada. Habló del ‘mentiroso Rossi’, en ese minuto inicial determinado para fijar una posición sobre su estructura de gobierno, si llegaban a la primera magistratura del país.
La agresividad y hasta en algunos momentos la falta de respeto, cuando uno de ellos estaba en uso de la palabra, fueron características sobresalientes de un debate, muy caliente, donde fueron a pelearse, no a exponerle a la comunidad.
Dijo Villaruel: “Vivimos un momento crítico para la República Argentina, ellos son el pasado marcado por la corrupción, inseguridades, desempleo, falta de educación y erosión de nuestras instituciones y valores. Es hora de poner fin, somos el futuro de una Argentina llena de esperanza y fe, los trabajadores que forman este país, somos la justicia sin miedo, los maestros que llevan conocimiento y los médicos y enfermeros que ayudan a paliar el dolor”.
Por su parte Rossi replicó: “Con qué valores queremos convivir estos 4 años. Con Massa te invitamos a vivir en una sociedad que privilegia la familia, la seguridad, la salud, la educación, el trabajo y la palabra. Sin violencia ni agresiones, donde ninguno de tus sueños tenga precio. El 19 anda a votar con esperanza, entra al cuarto oscuro y busca la bandera argentina y vota por la Argentina. Si ustedes, el pueblo argentino, y Dios así lo desean, empiezan una nueva etapa el 10 de diciembre, con un gobierno de unidad nacional, sin grieta, con Sergio Massa presidente”.
Era la guerra, planteada claramente, donde, el enfrentamiento ideológico, supero en mucho, aquello que la gente pretendía escuchar de quienes pueden ser sus dirigentes a partir del 10 de diciembre.
El desarrollo, fue tenso, las preguntas y respuestas, cuando se ubicaron enfrentados, reafirmaron la determinación de atacar, vulnerar, intentar desmerecer al otro, creemos olvidándose que la sociedad miraba desde un escenario- que precisamente no era el que estaba ubicado en el salón, donde estaban los invitados que, marcadamente, apoyaban a cada uno de ellos; sino eran los que pretendía saber que herramientas tienen en mente para dar cumplimiento a sus plataformas de gobierno.
Como siempre, los especialistas, medirán efectivamente cual resultó más positivo. Si hubo fallos, donde estuvieron y darán interpretaciones gestuales para obtener definiciones. Esto estará, pero entendemos que se aleja de lo pretendido por la ciudadanía que es conocer como piensan sus políticos y como ve las problemáticas que hoy enfrenta la Argentina.
La realidad vuelve a mostrarnos que hablamos mucho de los 40 años de Democracia, del respeto al que piensa distinto, pero cuando llega la hora de demostrarlo las prácticas indican todo lo contrario. Es la dura batalla por el poder.
Es de esperar que el debate de los candidatos a presidente, muestre la línea de coherencia, prudencia y buen juicio, para que el soberano pueda tener una idea acaba de quienes son y como piensan los presidenciables.
De esa manera habremos comenzado a transitar en el sano camino de lo Democrático y solo así se podrán apreciar las buenas intenciones para albergar esperanzas de crecimiento y futuro.
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