JUEVES 02 de Mayo de 2024
 
 
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El Congreso y el “juego político”

Era de suponer que comenzaran a rodar por las distintas comisiones, la mayoría en vías de integración, y fuera motivo de reuniones en los despachos para alcanzar acuerdos que permitieran un curso favorable al tratamiento del DNU, que deberá convalidar o rechazar diputados y el análisis de la mermada Ley Base, que ha cedido en numerosos puntos, pero mantiene la Delegación de Facultades, el único aspecto que le interesa al presidente Javier Milei.

Muchos desacuerdos van entorpeciendo la posible viabilidad de las normas enviadas por el Ejecutivo, dado que son varios los sectores que se han planteado no cargar con la responsabilidad de un ajuste como el que se está produciendo y han generado sus propios proyectos a los cuales, el mandatario argentino, le ha negado toda posibilidad.

No obstante la estrategia del presidente Javier Milei, está configurada en varios planos, los que parecieran importar pero sólo son distractivos y no más de dos que realmente son de su interés, centrado fundamentalmente en la sustitución de funciones, herramienta que le permitiría por espacio de un año ejercer los poderes Ejecutivo y Legislativo, en las áreas concedidas que resultarían las de mayor incidencia en lo económico, productivo, educativo y salud.

Las internas partidarias han abierto un abanico que amenaza seriamente con futuras integraciones legislativas, no sólo a nivel Congreso de la Nación, sino de la Legislatura de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires.

Todo estaría indicando que las notorias debilidades que se perciben en casi todos los sectores están apareciendo ante el avance de quienes están procurando consolidar poder para el 2025 y constituirse en opción para el 2027.

Existe una descomposición de fuerzas, producto de un desgaste prematuro del oficialismo, que mantiene fortalecida y con imagen positiva a una sola figura, la del presidente Javier Milei, el resto por diferentes circunstancias ha comenzado a desintegrarse.

Por el lado del PRO, la contienda por supremacía partidaria entre Mauricio Macri y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, está en pleno apogeo. Una reciente reunión promovida por Marcos Peña, de una triste trayectoria política durante el gobierno macrista, tuvo como principales invitados a Mauricio Macri, Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal y puso en evidencia el intento por generar un armado del sector a futuro.

Según operadores y analistas políticos, se están configurando los escenarios y la búsqueda de recuperar la estructura partidaria perdida cuando se produjo la ruptura y desaparición de la coalición Juntos por el Cambio, quedando solo la raíz partidaria que les dio origen, el PRO.

Este es uno de los panoramas que se pueden apreciar y que señala las turbulencias que se están produciendo en la búsqueda de bases que consoliden sus posibilidades en las futuras contiendas electorales.

También, en el marco de UxP, se perciben focos de rebeldía interna, atento a la notoria pérdida de fuerza que, como frente político, han sufrido en los últimos meses.

Uno de los factores principales es la prevalencia de las mismas figuras que pretenden mantener la vigencia del poder ejercido cuando, más allá de las fidelidades presentes, para los más avezados en la conformación de la hegemonía política, señalan que es muy notorio el rechazo de gran parte de la sociedad a repetir nombres.

Este factor es el que está moviendo a las viejas estructuras del peronismo-kirchnerismo a salir en busca de quienes puedan mostrarse como la actualización partidaria.

Uno de los factores que mayormente le está costando al kirchnerismo es la renovación, dado que siguen atados a la figura y mando de Cristina Fernández de Kirchner, hoy una opción política que encuentra mucho rechazo en la ciudadanía.

Por otra parte, no surgen nuevos nombres, la pelea se ha centrado entre los viejos y tradicionales exponentes del sector y lo que va quedando de la Cámpora, generándose una disputa en donde los resultados son absolutamente negativos.

La figura que -sin ser nueva- pretendió desligarse del efecto kirchnerista-peronista fue el ex candidato presidencial Sergio Massa, quien ha guardado hasta la fecha un estratégico retiro y silencio, apareciendo esporádicamente en alguna red social, pero sin mayor trascendencia.

Todo estaría indicando que las fuerzas políticas tradicionales están observando que se hace necesaria la reconversión generacional que muestre alternativas nuevas, que ofrezca otras oportunidades, dejando explicitado en esta actitud que la sociedad quiere otros nombres que se renueven los escenarios de la política nacional y tener opciones que hoy están centralizadas únicamente en el magnetismo del cambio liberal.

Esta variable también se está percibiendo como necesaria en el Poder Legislativo. Los tradicionales posicionamientos enfrentados a las nuevas disyuntivas de un conglomerado social que está mostrando, pese a las dificultades y difíciles contingencias económicas que atraviesa, que sigue pensando en la necesidad de un cambio.

Aggiornarse es optar por lo nuevo generacionalmente hablando. Tal vez con errores, pero necesarios para alcanzar experiencias que logren revertir los procesos de deterioros progresivos que ha sufrido la Argentina en las últimas décadas.

Los analistas políticos sostienen que la realidad ha superado al habitual relato, de que “estamos mal, pero vamos mejorando”. Los indicadores sociales muestran la decadencia de una sociedad partida, donde las diferencias se han convertido en barreras infranqueables para los que han sido expulsados del sistema, no por su culpa, sino por mecanismos que los han venido utilizando como medios para alcanzar el objetivo final: El poder.

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