El dirigente remarcó que “la Ley 2717 no fue una improvisación ni una imposición. Fue el resultado de un amplio consenso social, que unió a trabajadores, sindicatos, cámaras empresariales, pequeños y medianos comerciantes, y dirigentes políticos de diversos espacios. Se construyó con diálogo y con una mirada puesta en el equilibrio entre la vida laboral, familiar y el desarrollo económico”.
Por eso, advirtió, “sorprende que un grupo de legisladores del bloque PRO-MID haya decidido impulsar su derogación sin convocar a ninguno de esos actores para discutir colectivamente su vigencia. Esa falta de diálogo es el primer gran retroceso”.
Detalló Genoni que “la ley tiene dos objetivos esenciales, uno económico: proteger a un sector minorista que encuentra en los domingos un día clave de ventas, sobre todo en barrios y localidades del interior; y el otro social: garantizar que las familias trabajadoras puedan compartir al menos un día completo a la semana. Antes de esta ley, eso era casi imposible”.
Indicó el dirigente mercantil que “la propuesta de derogación se sostiene en argumentos equivocados, ya que se afirma que el cierre dominical afectó el empleo, la actividad y la recaudación, pero eso no se corresponde con la realidad del funcionamiento del sector”.
“Los supermercados y grandes cadenas no pagaban horas extras por los domingos, ni contrataban personal adicional ni ofrecían condiciones diferenciales. El descanso semanal quedaba librado a la lógica del mercado, sin criterios de equidad ni de cuidado del trabajador”, enfatizó.
En cambio, sostuvo, “gracias a la Ley 2717 se garantizó un día de descanso real y común para madres, padres e hijos”, remarcando que “el adicional dominical fue reemplazado por un adicional por zona, más alto y más justo”, dejando en claro que “no se vio afectado el salario de los trabajadores”.
Además, sumó, “la norma es coherente con principios establecidos en la Ley de Contrato de Trabajo y en la regulación de la jornada laboral”, por lo que, consideró, “cualquier discusión seria debería partir del conocimiento de esas leyes, y no de su omisión”.
“Nos preocupa que se impulsen modificaciones estructurales sin consultar al mundo del trabajo ni a quienes conocen el entramado del comercio, la industria, la salud, las cooperativas y las mutuales. No es posible legislar bien desde el desconocimiento”, deslizó el dirigente del CEC.
Por eso, se preguntó “con respeto pero con firmeza: ¿Por qué avanzar con una derogación sin diálogo ni diagnóstico? ¿A quién beneficia esta medida? ¿Qué derechos se pondrán en riesgo si se debilita el equilibrio logrado?”, y convocó “a que reabran la discusión, pero con todos los sectores involucrados. Porque legislar no es imponer: es construir colectivamente un futuro más justo”.
Agencia Santa Rosa
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