Funcionarios norteamericanos informaron a la agencia Reuters que el operativo estaba a cargo de la Guardia Costera. Según The New York Times, la nave tiene bandera panameña y pertenece a una empresa petrolera con sede en China.
La operación se enmarca en la aplicación de sanciones internacionales y refuerza la postura de Washington sobre el control de actividades marítimas consideradas ilícitas en la región.
De acuerdo con los detalles proporcionados a Reuters, la acción consistió en la intercepción de una embarcación previamente identificada como sujeta a sanciones internacionales.
Según informó The New York Times, que cita a un funcionario estadounidense y a dos fuentes de la industria de petróleo venezolana, el barco detenido se llama Centuries, tiene bandera panameña, y no forma parte de la lista de petroleros sancionados por EEUU. No obstante, el periódico agrega que la nave pertenece a una empresa petrolera con sede en China que traslada crudo venezolano a refinerías del gigante asiático.
Funcionarios estadounidenses consultados por Reuters explicaron que la operación forma parte de los esfuerzos continuos de Estados Unidos para hacer cumplir las sanciones internacionales impuestas a entidades y embarcaciones vinculadas al régimen de Venezuela.
Las fuentes oficiales subrayaron la importancia de este tipo de acciones para prevenir el transporte de cargamentos ilícitos en la región y garantizar la seguridad marítima.
El contexto de la operación responde a la política sostenida por Estados Unidos de mantener sanciones sobre ciertas embarcaciones y entidades asociadas a la dictadura de Nicolás Maduro.
En los últimos meses, Washington ha intensificado la vigilancia y el control sobre el tráfico marítimo en el Caribe y el Atlántico, con el objetivo de limitar actividades que considera contrarias a las normativas internacionales. Acciones similares fueron ejecutadas previamente como parte de una estrategia más amplia de presión diplomática y económica.
El pasado viernes 12 de diciembre, el gobierno de Estados Unidos anunció que continuará con la estrategia de incautar más buques, en un intento por aumentar la presión sobre Maduro y forzar su salida del poder. Esta campaña incluye un despliegue militar en el Caribe, ataques letales a embarcaciones acusadas de tráfico de drogas y amenazas de bombardeo sobre territorio venezolano.
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