JUEVES 28 de Marzo de 2024
 
 
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Cuidado con “la rebelión de los mansos”

No era difícil adivinar lo que se veía venir de parte de las agrupaciones sociales, cuyos “capitostes” anunciaban movimientos que harían colapsar Buenos Aires y se extenderían a todo el país.

La demostración de la víspera fue clara, precisa y mostró el “músculo” que tienen, interrumpiendo todo el movimiento de la Capital Federal, incluidos los ingresos, en reclamo por lo que considerar “derechos adquiridos”. Es decir que los “mansos” que trabajan los sigan manteniendo.
Porque en realidad es lo que ha venido sucediendo hasta ahora. Ellos, los “oficialistas” y además funcionarios, sumados a los de extrema izquierda del Polo Obrero, más unos 34 desprendimientos que involucran barrios del conurbano bonaerense, le reclaman a la Ministra de Desarrollo, al área económica, señalando la ineptitud del gobierno, en todo su contexto, para resolver el tema, que es darles plata, través de engrosar los planes y atender las necesidades de los comedores barriales.
Pero todo lo que solicitan -que en muchos aspectos es una realidad- atento al quebranto económico que ha sumergido a extremos insospechados a la clase trabajadora, haciendo desaparecer la denominada “clase media argentina”, sale de un solo “cuero”: los impuestos que, a través de diferentes mecanismos, está obligada la clase trabajadora. Por ahora los “mansos”.
No solo están esquilmando al que trabaja, al jubilado, a los sectores empresarios a las pequeñas Pymes, sino que con su accionar le impiden producir, dado que coartan el libre desplazamiento de la ciudadanía que diariamente debe concurrir a sus trabajos. Perjudican notoriamente al comercio en general, lugares de comida, kioscos, peluquerías, que ven cercenadas sus posibilidades laborales por estas contingencias, a las cuales, lamentablemente nos hemos acostumbrado, no resignado.
Fernando Esteche, Vilma Ripoll, Bellibonis, los representados por Juan Grabois, La Corriente Clasista y Combativa y el Frente Popular Darío Santillán, entre muchos otros que aprovecharon para hacerse sentir afirmados en el reclamo de comida y asistencia familiar para este segmento de la sociedad, marginado -no de ahora, sino desde hace muchos años-, y que fue ganando fuerza y representatividad en la medida que “manejados” vieron que representaban el “voto” de quienes buscaban el poder político.
Las cajas sociales que van a determinados “nichos”, desde donde se registra a los necesitados y se los mantiene mientras éstos respondan a sus objetivos como estas marchas, cortes y acampes, son multimillonarias. Según los entendidos varios puntos del PBI están sosteniendo una estructura que ha postergado a cuatro generaciones, que perdieron la cultura del trabajo y naturalmente hoy quieren sobrevivir a cualquier costo.
En verdad, el ciudadano de a pie, que se ve forzado a esperar horas para llegar a sus trabajos se indigna y les reclama a viva voz “vayan y agarren la pala”. El pedido es razonable, pero primero hay que establecer políticas de Estado que normalicen el sistema social y formulen una profunda reconversión, saliendo del status quo que han mantenido desde hace varias décadas, porque les eran útiles a sus propósitos.
Porque este malestar que se traduce en la reacción de los postergados y marginados sociales, no fue obra de los que están -pueden haberlas agravado, pero se establecieron hace muchos años atrás-. Nadie que ha pasado por las “mieles” del poder puede hacerse el distraído y pretender endilgarle a otro la responsabilidad. 
Es responsabilidad de todos y, como ya es habitual en este país, siempre la “culpa es del otro”, evitando realizar el mea culpa que pondría al descubierto que, de alguna manera, también contribuyó a que esto sucediera. 
Dijo Ayn Rand: “Puedes evadir la realidad, pero no puedes evadir las consecuencias de evadir la realidad”. Un interesante juego de palabras que materializa claramente lo que está sucediendo en Argentina. Tienen unos el relato, otros la justificación y la victimización, de esta manera salen del contexto real que los rodea y viven en su mundo.
“La Rebelión de los Mansos” es el título de una novela publicada en el año 2016, en ella se describe un movimiento pacífico y opositor al avance de la política sobre los derechos de las personas y sobre su privacidad. Si nota similitud con lo que nos está ocurriendo: no es mera coincidencia. 
La sociedad en su conjunto pretende vivir en paz, lograr sus objetivos de formar una familia, tener trabajo estable y mirar con posibilidades ciertas: el futuro.
Llegará el momento en el que entenderemos que los ciudadanos de bien somos muchos, que somos poderosos y que somos el motor del país. Estos fundamentos son sólidos y nos involucran para defender nuestros derechos, lamentablemente hoy pisoteados por quienes pretenden seguir viviendo de la “prebenda política”.
Esta realidad -hoy- nos está negada a una gran parte de los argentinos. Eso ha desatado diversas anormalidades que se traducen en nuestra forma diaria de vivir. Pero nada es para siempre.
 

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