VIERNES 26 de Abril de 2024
 
 
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Cuando el corazón se me vuela

Estoy madurando una revancha personal para el término definitivo de la pandemia. Es decir que proyecto vengarme o buscar alguna forma de compensación por los daños o perjuicios que me ha venido ocasionando.

Como de salud me he sentido bien hasta ahora y como no padezco los apuros de tantos semejantes, el trance me duele por la quietud a la que me tiene sometido y por las pérdidas ajenas.

De modo que mi revancha va para el lado de los viajes: Sueño por ejemplo con volver a Asti, aquella ciudad de la región del Piamonte, en el noroeste de Italia, en la llanura del río Tanaro, que es capital de la provincia de igual nombre.

Hasta ella me llegué hace tres años cuando anochecía y me quedé con las ganas de recorrerla bajo el sol del noroeste, confundido por culpa de los Alpes con los destellos de Francia y Suiza.

Habiendo sido fundada por los romanos, permanecen de pié secciones de las murallas que la protegían al norte del casco urbano. A Asti le sobran ricas historias ya que fue una ciudad muy opulenta y un importante centro comercial durante la Edad Media. Entre el centro y la catedral, conserva lugares medievales, casas de mercaderes y muchas torres monumentales que recuerdan su etapa de esplendor.

Tras la Batalla de Pavía en 1525, la ciudad pasó a manos del emperador Carlos V, quien, para que todo quedara en familia, la cedió al Ducado de Saboya como regalo a la duquesa Beatriz de Portugal, su cuñada y prima.

Pero lo que no pude recorrer en la provincia como hubiera querido es el llamado "Monferrato" donde se encuentran las más importantes producciones de vino italiano. Uno de sus vinos de mayor exportación era el Asti Spumante, que ahora llamamos simplemente Asti para evitar confusión con otros de calidad dudosa, también denominados espumantes.

Pues quiero regresar de día y si es posible con Aldo Bonansea y Bruna Rossetti, como aquella noche en la que vivimos emociones imposibles de describir en el hogar de Gloria y Beppe. Beppe es un piamontés que si hablara español se confundiría con un tanguero típico por sus modos y vestimenta. ¡Tanto debí andar para encontrarme en casa…!

Bueno... Y mientras maduro mi venganza, cada vez que entre amigos me tomo un Gancia, siento que el corazón se me vuela a Asti como pájaro achispado.

Por Hugo Ferrari- Especial para LA REFORMA

Comentarios

  1. SILVIA SAN MARTIN 02/05/2023 08:26

    Hola Hugo, què tal? tal vez ni te acordàs de mi pero yo sì de vos por tu intensa actividad como periodista a 360°. Te cuento que yo hace mucho tiempo que vivo en Italia (Lombardia) pero mi region de origen familiar es el Piemonte y estoy de acuerdo con vos que es muy hermosa y que siempre se descubre un aspecto interesante en sus pequenos pueblitos. Cuando lleguè en Italia fuimos a dar unas vueltas con mi marido y mi mamà por nuestros pueblitos de orgen (provincia de Cuneo) y todo lo que veia me devolvia algo que habìa visto en mis abuelos y bisabuelos; son lugares que te quedan en el corazon. Felicitaciones por seguir haciendo èstas notas. Buon lavoro!!!

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