VIERNES 20 de Junio de 2025
 
 
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Cuadros políticos en transformación...

Un golpe de “furca” fue el que recibió el PRO y naturalmente Mauricio Macri, con la contundencia de la victoria de Milei en el reducto, históricamente del macrismo, en la ciudad de Buenos Aires.

Hubo consultores y analistas que vieron en la mimetización de Javier Milei-Manuel Adorni, la concreción de un fenómeno que está generando “raíces” en la sociedad, piense como piense, La Libertad Avanza es solo un nombre, lo único válido y con peso es la figura del presidente libertario.
Ya ha ocurrido en otras contiendas, quienes se animan en soledad, más allá de sostener las banderas del libertarismo, sin Milei siguen siendo ignotos aspirantes a jugar a la política.
La prueba irrefutable del magnetismo que ha logrado el líder libertario-anarcocapitalsta en la ciudadanía, a excepción de los más recalcitrantes opositores que no la quieren ver, es el vuelco que se produjo en CABA, tras su aparición en campaña para apoyar la nominación de Adorni. Ese movimiento provocó la nacionalización de la campaña.
Vale tener en cuenta los indicadores que surgían de las diferentes encuestas, en las que se vislumbraba el crecimiento de alguno de los candidatos en detrimento de otros, que no conformaban ni terminaban de ser aquellos que “enamoraban” a los porteños.
Si bien es cierto que la ciudadanía de Buenos Aires tiene características muy particulares que la hacen diferente al resto de las comunidades argentinas, los analistas no aventuraban números que indicaran una derrota de la magnitud que tuvieron.
Es indudable -nosotros en una de nuestras entregas lo manifestamos con las reservas del caso-, la figura de Mauricio Macri se ha desdibujado totalmente. El solo hecho que fueran ganando posiciones Ritondo, Santilli, y se transformaran en interlocutores válidos del PRO, era una señal que debería haber sido percibida.
Por otra parte la confrontación Macri-Bullrich, siendo esta última una funcionaria distinguida por Milei y bien vista por Karina, eran escenarios que estaban definiendo que todo apuntaba a la desaparición del expresidente para que se pudiera lograr la transformación del “amarillo” al “violeta”, en una fusión que concluiría con uno de los partidos políticos que alcanzó su fulgor cuando se encaramaron en la presidencia de la Nación y comenzaron a desaparecer en la derrota.
Los errores estratégicos cometidos por Macri fueron -sin lugar a dudas- el factor preponderante para que el debilitamiento se convirtiera en un ámbito diluido por las ambiciones personales de quienes integraban el sector “amarillo”.
El presidente Javier Milei, acompañado por los integrantes del “triángulo de hierro”, fue generando estrategias que “atomizaron” lo poco que quedaba de fortaleza en el PRO. Ya sin fuerzas, pretendieron darle entidad en esta elección en su propio reducto, CABA, pero estaban condenados de antemano y lo esperado por muchos sucedió.
Ya se han iniciado los contactos para conformar una fuerza legislativa con tendencias claramente al “mileismo” y de esta manera comenzarán a tener peso en las decisiones del gobierno de la Ciudad.
Es un difícil camino el que tiene por delante Jorge Macri, al que aún le resta un tiempo en el gobierno de CABA. Es evidente que deberá tender puentes con quienes hoy se están agrupando para constituir una fuerza que le imponga determinadas condiciones para que pueda desarrollar su tarea.
La otra incógnita es el peronismo en la figura de Leandro Santoro. Su intento por lograr diferenciarse del kirchnerismo y de la Cámpora, pareciera haberle dado resultados, aunque para muchos analistas, fue solo una postura electoral. Solo habrá que esperar que baje la espuma para ver el contenido genuino.
Si se produce la fusión “violeta-amarillo” se concluye con una etapa política, la de Mauricio Macri, quien deberá delegar, en quienes aparecen sucediéndolo, la conformación de una fuerza que estará sometida a las decisiones presidenciales o de quienes lo secundan en la fortaleza de LLA.
Se avecinan tiempos de profundos cambios en lo concerniente a espacios políticos. Fue una búsqueda constante de Javier Milei, Santiago Caputo y Karina Milei, el convertirse en el eje político nacional, manteniendo algunos nichos opositores que les sirvan a sus propósitos.
Siempre dijimos que La Libertad Avanza es Milei, nada más que Milei. Su detonante personalidad, el marco de su exitismo aún en la derrota, lo ha colocado fuera del análisis de los políticos comunes. Nadie tiene fortaleza propia, porque depende de las decisiones unilaterales de quien siempre sostuvo que el poder lo tiene él solo. Habrá profundas variables en todos los ámbitos de la sociedad, si logran superar el desafío de la provincia de Buenos Aires. Hasta tanto preparan sus “baterías” estratégicas para una de las grandes batallas que pretenden librar para -como es el objetivo mileista- hacer desaparecer al kirchnerismo del mapa político nacional.
El desafío está en marcha. Los resultados -por ahora- una gran incógnita. Javier Milei la cuenta ganada. El kirchnerismo-peronista ante su más exigente examen.
 

 

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