MARTES 08 de Julio de 2025
 
 
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Cruje la política mundial

En estos días el mundo transita por circunstancias muy especiales, a las que -muchos analistas de política internacional- califican como los primeros pasos hacia una tercera guerra mundial.

Tal vez resulte un tanto alarmista verlo desde ese ángulo, pero plantean las realidades de aquello que comenzó por lograr hegemonías comerciales, económicas, productivas y se fue trasladando a los mecanismos de la ciencia, la tecnología alcanzando niveles de confrontación de mercado que altera las construcciones que elaboran los países del primer mundo.
La izquierda extrema contra la derecha extrema son dos factores que no deben descartarse como motivos que justifican el inicio de la segunda “guerra fría” como paso previo para acometer y reducir de cualquier manera a los Estados que pretenden la supremacía.
El poder manejado desde su máximo ejercicio ha generado diferencias que han trascendido lo ideológico para establecer las amenazas, adelantando que es aquello que puede ocurrir si se sigue provocando un ámbito de tirantez alejándose cada vez más la posibilidad de establecer canales de negociación y acuerdos.
A estas diferencias se les debe sumar que ha vuelto a recrudecer la “guerra religiosa” que se establece en el Oriente Medio, y el papel que está jugando Israel a los efectos de lograr supremacías territoriales, frente a los reclamos de Palestina, ahora Irán y las “células” terroristas que caracterizan a estos países.
Las actitudes del presidente de los EE.UU. Donald Trump son -indiscutiblemente- parte de estas situaciones que se están produciendo. El papel de “pacificador”, hasta ahora no ha dado los resultados esperados.
El pretender convertirse en el eje sobre el cual gire el mundo, es uno de los factores que ha encontrado serias resistencias en países que no aceptan de buen grado los condicionamientos que el republicano pretende imponer.
China hoy merced a su productividad masiva a costos realmente competitivos ha pasado a constituir un referente mundial al que norteamérica pretende debilitar. Similar acción se produce sobre India y gran parte de la Unión Europea.
Un inteligente manejo de la masa impositiva para las empresas que busquen reducir costos, sumado al bajísimo costo de la mano de obra humana, fue una oferta que muchas empresas norteamericanas no desestimaron y asentaron sus plantas fabriles, fuera de los EE.UU. y desde allí salieron a competir.
Trump prometió a su gente que con su gobierno volvería a la “Época de Oro”. Para lograr esos objetivos fijó parámetros arancelarios con el fin de evitar que esos sectores fabriles elaboraran afuera de territorio americano y negociaran su producción en ella.
A estos mecanismos le sumó una operación tendiente a limitar las corrientes inmigratorias, fundamentalmente la mexicana, venezolana, colombiana, africana, entre otras que buscaron en uno de los países más poderosos del orbe, alcanzar un status de vida imposible de lograr en sus lugares de origen.
Cuando se establecen confrontaciones en el primer mundo, es evidente que tenga ecos, algunos realmente importantes en los países emergentes, algunos de los cuales constituyen fuente de recursos alimenticios, minerales, energéticos, carburantes debiendo resolver, dadas las alternativas confrontativas que ellos mantienen, dónde juegan.
Argentina ya viene “jugado” al haber manifestado, el presidente libertario Javier Milei, su incondicional apoyo a los EE.UU. e Israel.
En lo referente al gobierno norteamericano habrá que ver cómo le devuelven la demostración de ser sumiso y obediente, inclusive rechazando a quien fuera -según Milei- su amigo Elon Musk hoy confrontando con Trump.
En lo referente a Israel, el tema debe ser analizado desde otro punto de vista, atento a que Argentina ya fue víctima de tomar posiciones entre los países que mantienen, históricamente, un estado de beligerancia a costa de innumerables vidas.
Argentina no fue ajena a esa pelea y los grupos “guerrilleros” de Irán -Hezbolla- apuntaron a mostrar su brazo armado cuando atacaron la AMIA y la Embajada de Israel.
La realidad muestra que hoy el primer mundo dirime supremacías. Ni los mejores analistas internacionales han podido encontrar resultados y mucho menos certezas sobre aquello que puede ocurrir en los próximos meses.
Las determinaciones de apoyo llevadas a cabo por un sentimiento exagerado de “amistad”, pueden resultar un error y mucho más cuando resultan de decisiones personales que no han sido compatibilizadas con los poderes que conforman un Estado Democrático.
El clima que se vive no es el mejor. Es notorio el reacomodamiento internacional que se está produciendo basado en los contenidos ideológicos y políticas extremas. Argentina tomó partido, el resto de los países del cono sur observan sin definir. Los aciertos o errores se podrán apreciar en los próximos meses.

 

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