El partido no tuvo un recorrido en el primer tiempo de lo que se podía uno imaginar en la previa. Bartolomé Mitre sabía que Costa no se iba a descuidar mucho en sus líneas defensivas, porque el empate le alcanzaba. Y Costa, apostó a que en alguna contra podría hacer daño y de esa forma empezar a asegurar el pasaje.

Fue así que, entre intentos de uno y otro, fue el equipo de Chap el que tuvo las más claras. Entre ellas, la mejor fue sobre los 22 minutos, cuando una habilitación magistral de Ibarra, le permitió sacar el centro a Vivani, para que Gutiérrez meta el cabezazo que se fue desviado.

La movilidad de Vivani también le permitió seguir inquietando el arco de Bachke, pero no con la profundidad necesaria para quebrar el marcador.

En el arranque del complemento, Costa siguió siendo más en ataque. Ibarra manejó bien las ofensivas por izquierda, la potencia de Gutiérrez tuvo buenas y malas, ante dos centrales misioneros muy potentes.

El partido se hizo cada vez más interesante, porque el tiempo se acortaba y los misioneros no tuvieron otra que arriesgar más en ataque. Costa igual siguió siendo más. El ingreso de Iheara volvió a instalar el doble “9” del primer partido.

Igualmente Jerónimo Gutiérrez fue el más peligroso y lo tuvo a los 36’ cuando se le escapó a su marca, en el área fue trabado por Rodríguez, entendemos haciéndole penal, pero Rekers dio “siga siga”...

Así el partido llegó a los minutos finales, con los misioneros aferrados al gol milagroso y Costa queriendo todo: pasaje con victoria. 

Lo tuvo Uriel Iehara en un centro de la izquierda, que cabeceó el delantero de pique al suelo pero la pelota se terminó yendo alta.

Fue así que todos nos convencimos que no iba a haber goles en el Pacaembú, pero sí el objetivo costero cumplido, porque es el que está en la fase siguiente, donde tendrá que volver a pensar en un viaje largo, esta vez ante Formosa, aunque la serie arrancará en el barrio Este.