Protagonistas de una identidad propia y dueños de una particular forma de vida, los Menonitas, conservan sus costumbres y tradiciones holandesas y alemanas alejados de las comodidades del mundo contemporáneo.

Para llegar a la Colonia Menonita se deben transitar 35 kilómetros por un camino de tierra, desde la localidad de Guatraché; y desde la Secretaria de Turismo de La Pampa se recomienda contratar un servicio de guías.

En el lugar, previas consultas, es posible almorzar platos típicos y visitar diferentes emprendimientos de la comunidad.

La palabra menonita tal vez no tenga ningún significado para muchos de los argentinos, o países limítrofes, excepto Bolivia y el chaco paraguayo, sin embargo al escucharla el ciudadano trae a su mente la imagen de un hombre de tez blanca, ojos claros, pelo rubio, alto, de complexión delgada y fuerte, ataviado con overol de telas de algodón, azules o oscuras, camisa a cuadros y sombrero de estilo texano, o gorras tipo americano, muy usadas en La Pampa, por el sol y los vientos reinantes.

Los menonitas suelen verse ofreciendo diversos productos lácteos, que fabrican en las usinas de la colonia, con los mejores controles sanitarios.

La comunidad conserva una cultura del trabajo, que se enseña como ejemplo a los menores, como parte de la rutina diaria de los mayores, practicada con felicidad, en pos del pan nuestro de cada día.

La espiritualidad cuenta reunión de familias en las Iglesias los días domingo, y luego con la lectura de los textos bíblicos.

Por otra parte, cabe acotar que los menonitas hablan “plautdietsch”, un dialecto del alemán mezcla con holandés. Sin embargo en la escuela les enseñan a leer y escribir en alemán, ya que es más factible encontrar libros en este idioma.

Además, algunos menonitas de La Pampa hablan español. Si bien no es un idioma propio de la comunidad, al estar viviendo en Argentina y tener contacto comercial y social con argentinos suelen aprenderlo.

El censo de 2022 arrojó que actualmente hay 1849 personas. Se realiza un censo interno todos los fines de año y los resultados se publican en la primer misa del año siguiente.

Todas las familias tienen que tener al menos una vaca. Esa es una de las tradiciones que les impone la religión, para ser ordeñada todas las mañana, cuando pasa el “lechero”.

Finalmente, vale mencionar que al visitar la Colonia ubicada en cercanías de Guatraché, se pueden adquirir distintos productos elaborados por las y los integrantes de la comunidad, muchos de ellos derivados de la leche, como quesos y dulce de leche. 

Asimismo, como también hay carpinterías y metalúrgicas, los visitantes también encuentran productos que allí se realizan, desde reposeras, mesas, sillas hasta silos, palas y todo tipo de carros.

Las mujeres y niñas suelen hacer artesanías con lanas o retazos de tela, con lo cual podrás ver desde alfombras hasta manteles y posapavas.