El gigante asiático recibió el jueves a los ministros de Defensa de Irán, Rusia, Pakistán, Bielorrusia y otros países en el marco de una cumbre de seguridad regional organizada por la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), en un contexto internacional marcado por guerras activas en Oriente Medio y un aumento del gasto militar en Occidente.
El ministro de Defensa chino, Dong Jun, abrió el encuentro en la ciudad portuaria de Qingdao, sede de una base naval clave para el Ejército Popular de Liberación. En su discurso, advirtió sobre el avance del “unilateralismo” y el “proteccionismo” y afirmó que el mundo atraviesa una fase de “cambios cruciales”.
“Mientras se aceleran los cambios cruciales del siglo, el unilateralismo y el proteccionismo están en auge”, dijo Dong, según la agencia oficial Xinhua. El funcionario calificó la situación global como un escenario de “caos e inestabilidad” y señaló que “los actos hegemónicos, dominantes e intimidatorios socavan gravemente el orden internacional”.
China convocó esta reunión pocos días después de una cumbre de la OTAN en La Haya, donde los países miembros acordaron aumentar el gasto en defensa en respuesta a exigencias del presidente estadounidense Donald Trump. El encuentro en Qingdao busca reforzar los vínculos entre países que comparten posturas críticas hacia Occidente, en particular frente a la expansión de la Alianza Atlántica y las sanciones unilaterales.
En el marco de la cumbre, Dong Jun mantuvo una reunión bilateral con el ministro de Defensa ruso, Andréi Belousov, quien destacó el fortalecimiento del vínculo estratégico entre Moscú y Beijing.
El encuentro se produjo en medio de un frágil alto el fuego entre Irán e Israel, tras doce días de enfrentamientos. La presencia del ministro de Defensa iraní no pasó inadvertida en una región donde las tensiones siguen elevadas y la intervención diplomática de potencias como China comienza a ganar terreno frente a las tradicionales iniciativas occidentales.
Aunque el gobierno chino insiste en mantener una posición neutral en el conflicto en Ucrania, los países occidentales denuncian que Beijing ha proporcionado a Rusia apoyo diplomático, comercial y tecnológico que ha sido clave para sostener su ofensiva militar.
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