A pesar de un crecimiento económico del 5,6% interanual en marzo de 2025, la recuperación es desigual y se sustenta en sectores como la intermediación financiera (+29,3%), mientras que la industria, la construcción y el empleo siguen rezagados. El empleo registrado cayó un 0,8%, con una pérdida de 74.811 puestos, especialmente en la Administración Pública, la industria y la construcción. Aunque la producción industrial creció un 8,5% en abril, esta mejora se dio sobre una base muy deprimida, y sectores como Químicos y Metales continúan en retroceso.

Las MiPyMEs manufactureras enfrentan restricciones de demanda y acceso al crédito, operando muy por debajo de su potencial. La recuperación económica, impulsada por el agro, el petróleo y el sistema financiero, no logra reactivar el consumo ni la industria en su conjunto. La inflación disminuye, pero no estimula la demanda, y el aumento de reservas se explica por deuda, no por exportaciones. Rosato reclamó un modelo económico que priorice la producción nacional y genere valor agregado para evitar un crecimiento que solo beneficie a sectores no productivos.

Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), denunció que las políticas actuales no protegen a las fábricas locales, que enfrentan desventajas frente a productos importados beneficiados por subsidios y financiamiento extranjero.

Rosato advirtió que las condiciones macroeconómicas, aunque necesarias, son insuficientes para garantizar la competitividad de las pymes argentinas. Criticó la falta de un plan gubernamental claro para el sector productivo, alertando que el ritmo de cierre de empresas es alarmante y podría derivar en una catástrofe social por el aumento del desempleo. La caída del consumo y las inequidades impositivas agravan la situación, empujando a las empresas a reducir empleos formales.

El informe del Observatorio IPA concluye que la economía crece sobre bases frágiles, con una estabilización parcial que no llega a la mayoría de los hogares. Sin inversión productiva ni mejora en el ingreso real, la crisis de las pymes persiste, marcada por una divergencia entre grandes empresas y pequeñas industrias. La falta de políticas que impulsen la competitividad y el empleo amenaza con profundizar las desigualdades y perpetuar un escenario de recuperación incompleta.