Los diferentes episodios que están saliendo a la luz en el mundo de la política nacional ponen en evidencia que, ante la ausencia de una respuesta de las “baterías”, se viene una oscuridad que se pone cada vez más densa y cuestionable.
El salto del presidente Javier Milei hacia el escenario del armado político de La Libertad Avanza, ante los quebrantos que se perciben y con un alto costo ciudadano, pone de relieve que alguien, tal vez “El Jefe”, su hermana Karina Milei, le está señalando que el barco necesita un timonel con fortaleza y hoy no la tiene.
El titular del Poder Ejecutivo, libertario con aplicaciones y desarrollos anarcocapitalistas y una base liberal, que sostenía que él se mantendría en el contralor de los temas económicos, dejando el resto del Estado en manos de sus “colaboradores”, resultó un verdadero fracaso.
Naturalmente, Javier Milei nunca va a reconocer que se equivocó y que, sin respaldos legislativos y poder en las provincias, su accionar, que había sorprendido por lo drástico, comenzaría a debilitarse al punto de que las acciones que se realizaran, conspirarían con la marcha de su gobierno.
Hay contadas excepciones, en el marco de sus colaboradores, que sepan realmente desempeñarse de acuerdo a las necesidades de sus obligaciones gubernamentales.
La gran mayoría “vive del otro”, comete error tras error y luego procuran ser asistidos con excusas y argumentaciones que se caen rápidamente por la ausencia de realidad.
Para los políticos de LLA, ya no hay más carta blanca. Las necesidades, tanto sociales como económicas, son de tal gravedad que no tienen espacio para seguir cometiendo yerros.
Si el tema pasa por el área económica, donde manda Luis “Toto” Caputo, las idas y vueltas, el relato que intenta transformar la realidad, se diluye en el marco de espacios vacíos de contenidos y los continuos fracasos de los intentos realizados, fundamentalmente en la micro economía.
Apelan a los recursos extraños de manejar ciertos espacios del libre mercado, pretenden negociar con los más poderosos, sin hasta ahora haber encontrado respuestas, y enfrentan decisiones del Fondo Monetario Internacional que apelan al recurso de aconsejar metodologías que les permitan hacer frente a los compromisos adquiridos.
Mucho silencio, y eso es sospechoso en el ámbito del ministerio de Capital Humano, comandado por la protegida del presidente Sandra Pettovello, que tiene que resolver el problema social y las necesidades de los sectores con mayores dificultades de supervivencia, tales como la pobreza y la indigencia, cuyos indicadores señalan que siguen subiendo.
Ajustados los “intermediarios”, proceso que a todas luces resultó exitoso dado que, puestos bajo la órbita de la Justicia, hoy deberán responder por un enriquecimiento que no pueden demostrar cómo lograron y son acusados de “currar” a quienes representaban con la excusa de ayudarlos, nadie revela cómo son asistidos comedores y centros de atención barrial.
En el cerco más íntimo del presidente, el “trípode del poder” -Milei-Milei-Caputo-, tampoco las cosas son claras, más allá de la cerrada defensa presidencial hacia la figura del enigmático asesor, discípulo del ecuatoriano Durán Barba, Santiago Caputo, acusado del manejo a destajo de suculentas cajas del Estado, cuando se pregona que los que falta es “plata”, sigue siendo el problema que perturba a Javier Milei.
La disponibilidad de muchos miles de millones y algunos negocios de estrechos amigos, dejan muy expuesto a la crítica el paradigma mileiano: transparencia en todos los actos de gobierno. Ese aspecto no se está cumpliendo.
Aparecen sucesos donde se habla de coima, casos pesqueros, que ya nadie sabe cómo sacárselo de encima buscando culpables y surgen por investigaciones e informes periodísticos los excesos que comprometen la tan meneada idoneidad de los libertarios, el caso Abdala es estigmatizante, pero revela que no es el único.
Enfrentamos un escenario conflictivo donde van apareciendo las miserias humanas que no son ajenas a la ausencia de capacidad y adecuada preparación para el desempeño de determinadas funciones del Estado.
Enfrentamientos internos están diezmando las ya debilitadas filas libertarias. Los reemplazos no aparecen y son más los que están pensando en alejarse que los que procuran asimilarse al poder del gobierno. Muchos de los “nominados” están entre los que deberían irse. El presidente Javier Milei, no ha tomado decisiones, pero le urge demostrar con el ejemplo, que esto es el cambio.
En las próximas semanas es factible se esclarezca el tema que enfrenta al presidente y su vice. Las diferencias han llegado a un punto del cual resultará muy difícil retroceder.
La realidad indica que Victoria Villarruel, esquivándole al “choque”, evidencia que está adquiriendo poder político, mostrándose como una opción y ocupando el lugar que puede discutir primacías en el 2025 y aspirar al 2027, hasta ahora vacío, que existe en el panorama nacional.
Reiteramos más oscuridad que luminosidad. Más deterioro que mejoría.
Un gobierno que no termina de consolidarse y una oposición seria que no aparece no es buen pronóstico.
Escriba su comentario