Como ya se indicó, varias veces, en estas páginas en materia de cuidado ambiental las y los piquenses deben resolver un viejo problema como es el arrojo de basura en caminos vecinales, a pocos kilómetros de la zona urbana.

Muchas personas que acostumbran a recorrer esos lugares, principalmente por cuestiones de esparcimiento y/o prácticas deportivas como el running, se topan con ‘mini basurales’ a cielo abierto, formados por restos de todo tipo que incluyen mampostería, pañales, neumáticos, botellas de vidrio y de plástico, etc., pese a contar la ciudad con un buen sistema de recolección de residuos que lleva adelante la Municipalidad, con numerosos operarios y distintas maquinarias.

La recolección se realiza diariamente de forma domiciliaria; y una vez al mes de manera ‘especial’, permitiendo a las y los vecinos sacar al exterior de sus viviendas ‘residuos especiales’.

Asimismo General Pico cuenta con dos Plantas de Transferencia de Residuos (Norte y Sur), dotadas de contenedores para albergar todo tipo de basura, que seguidamente es ‘tratada’ por recicladores urbanos, para darle una correcta disposición final, teniendo presente el cuidado que requiere el ambiente local, de cara a las próximas generaciones de piquenses.

Pero lamentablemente nada de esto parece hacer mella en la ‘conciencia ambiental’ de algunos habitantes de la ciudad que continúan con la vieja -y repudiable- práctica de arrojar basura a la vista de todos, contaminando el ambiente de todos.