Mientras se conocen datos de la macroeconomía y se iluminan los rostros del oficialismo, la microeconomía se sigue deteriorando a pasos agigantados.
Mientras baja la inflación, se levantan barreras arancelarias a los productos importados en una grave afectación de la producción interna, que ha generado el crecimiento de los porcentajes del desempleo, el gobierno de Javier Milei, sostiene que estamos mejor.
Y es posible que en los mecanismos de la economía liberal, libertaria, anarcocapitalista, con preeminencia del libre mercadismo, todo sea real. Lo lamentable es que ese resultado auspicioso no se ve reflejado en la economía interna y mucho menos en el consumo.
Es notoria y habría que prestarle la atención a la retracción del gasto familiar que se produce en todos los ordenes.
Es grato sentir expresar a los elegidos supemercadistas y sectores comerciales de venta de ropa y artículos del hogar, decir que los precios no se mueven, inclusive algunos aseguran que bajan ajustándose a un mecanismo económico que aparece más equilibrado. Lo que no dicen es que no hay ventas, es decir, son pocos los que compran.
Hasta allí todos aplausos. Pero hay empresas que se cierran, Pymes que reclaman urgentes medidas para poder salvar sus emprendimientos... El reclamo de los Estados Provinciales, que en general están sufriendo los recortes regulatorios y el reacomodamiento del Estado en lo referente a fondos coparticipables y obligaciones que siempre ha tenido el Estado Nacional como mantener, rutas, aportes para viviendas entre otros, es el lamento que se escucha y que no parece motivado ideológicamente.
Mientras este clima enrarecido, que plantea diferencias sustanciales con el proyecto de gobierno que se ha fijado el libertario Javier Milei respondiendo a las exigencias del Fondo Monetario Internacional, no borra los escenarios que muestran los estados políticos anómalos marcando que estamos al borde de un “ataque de nervios”.
Desde hace semanas, el único tema al que están abocados los medios capitalinos es, unos, a insistir en como “decapitar políticamente hablando”, a Cristina Fernández de Kirchner. Otros: bregando para mantener la figura de la expresidenta en el primer plano donde la colocó, con una equivocada estrategia, el “triángulo de hierro” poder del gobierno Nacional.
La búsqueda de un oponente para las futuras elecciones, frágil, debilitado por sus anteriores fracasos, recayó en la figura de la ex presidenta que procuraba acovacharse en una diputación provincial, creemos con la idea de tener fueros y evitar lo que sucedió a posteriori; pero todo fue en el sentido contrario al buscado.
Hoy crece, aún no apareciendo y -si piden una opinión- es lo mejor que puede realizar, atento a la respuesta que su núcleo duro y lo que está arrastrando la mantiene con plena vigencia y poder. <EM>No necesita hacer cadenas nacionales, ni sorprender con largas exposiciones, basta solo con salir al balcón y agitar la mano. Para los suyos, está más viva que nunca, los otros lloran a escondidas el error cometido.
Mientras se vive esta realidad, mas allá de las agoreras suposiciones del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos que sostuvo que “Cristina se llevará una profunda desilusión con las próximas elecciones”, el clima de la política argentina está soportando el peor deterioro interno de los últimos 50 años.
Mauricio Macri, “desaparecido en acción”, ya está visto que ni sus más conspicuos seguidores le responden. Hoy, Cristian Ritondo, está forzando a lo que queda de la tropa “proista” para lograr la fortaleza que requiere para negociar con La Libertad Avanza.
Nada indica -por ahora- que lo esté logrando, la mayoría de los considerados potables para formar la mesa futura del PRO están dudando entre probar suerte con un partido fracasado o pasarse de bando y pintarse de violetas.
En una mesa donde se muerden con saña, permanecen los radicales, que indudablemente no encuentran el rumbo. Sin candidatos sobresalientes, muchos caciques y pocos indios, les está restando poder negociador.
Si se continúa desdibujando su poder territorial, hoy el único baluarte que pueden ostentar, podrían llegar a tener el mismo destino de los “amarillos”, prácticamente desaparecidos o fagocitados por el poder del oficialismo que pretenden crecer con lo que va quedando políticamente.
En síntesis: pareciera que el peronismo está más vivo que nunca socialmente, pero sin candidatos fortalecidos y que puedan ser las opciones que reemplacen la ausencia personal de Cristina Fernández de Kirchner.
l partido de Milei sigue siendo -por ahora- solo su nombre, porque los que intentaron encaramarse en el andamiaje político de LLA sin experiencia y excesiva ambición se deterioran y no logran conjugar estructuras fuertes.
Un “teorema” por ahora difícil de resolver. Se habla demasiado y los hechos demuestran lo contrario.
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