“Me llamo Elizabeth, soy de Colombia, y hace diez años por lo menos que hago esto”, indicó en el comienzo de la charla mantenida con un cronista de este diario durante la fría tarde del último sábado.
Seguidamente la joven de 29 años de edad confió que “salí viajando por Sudamérica y así llegué a la Argentina y a General Pico, donde estoy hace cinco años, estudiando en la Facultad de Ciencias Veterinarias”, actualmente cursando el quinto y penúltimo año de la carrera.
Consultada por el lugar elegido para tocar el violonchelo ‘a la gorra’, en calle 15 entre 20 y 22 del Microcentro piquense, la artista señaló que “acá vengo siempre, principalmente los fines de semana”, y agregó que la jornada del sábado era buena ya que numerosas personas recorrían comercios en busca de regalos por el Día de la Niñez.
“Hay días mejores que otros. Hoy por suerte hay mucho movimiento”, destacó mirando a su alrededor.
Gente amable y acogedora
Respecto a su experiencia de vida en nuestra ciudad, Elizabeth sostuvo que “es muy buena, porque la gente es tranquila, amable y acogedora. Lo único que por ahí es un poco duro es el clima”, soltó entre risas, en momentos que la tarde sabatina registraba una temperatura cercana a los 5 grados centígrados, entre chaparrones aislados.
En otra parte de la charla, la joven colombiana explicó que toca el violonchelo desde hace varios años y que cuenta con una formación alcanzada “en una escuela de música de Medellín, en la que estudié durante más de tres años”.
Estudios universitarios
Su llegada a General Pico se produjo años atrás, en el marco de un viaje que Elizabeth emprendió desde Colombia hacia Sudamérica. “Mi ilusión siempre fue viajar por distintas partes del mundo. Como mochilera recorrió durante cuatro años lugares de Sudamérica y después me dio por estudiar y terminé acá, donde hay más facilidad”, destacó en relación a la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam) y sus políticas de educación pública.
Finalmente la artista callejera le dijo a La Reforma que “esto lo hago porque me gusta y me ayuda a irme llevando” y añadió que si bien no sabe el nombre del barrio en el que reside en nuestra ciudad, se encuentra “cerca de la Facultad de Veterinarias” y sus vecinos “son gente tranquila y amable”.
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