Es una forma de intentar explicar el éxodo de grandes empresas de corte internacional que hacen números y no ven futuro, por lo cual resuelven alejarse de este país, en su mayoría buscando en Estados vecinos mejores condiciones y seguridades que acá ellos no están viendo.
La realidad de estos alejamientos marca claramente que el relato del gobierno libertario ha llegado a los límites que se fijan los intereses e inversiones extranjeras, para darle continuidad a sus emprendimientos empresarios. “Es el fin de la luna de miel”.
Hemos hecho referencia al creciente malestar ciudadano que no ve fraguado en sus economías familiares el cambio prometido.
Un suceso indiscutible, solo aceptado por un sector muy “fanatizado” con el discurso libertario, que las cosas no van bien, que no estamos ante el mejor gobierno de la historia ni son héroes algunos funcionarios que se han convertido en verdugos de la clase trabajadora y de los pasivos.
Tal vez para una gran parte de la ciudadanía, metida en sus propios problemas, pasa desapercibido que más de una decena de grandes empresas multinacionales optaron por abandonar el mercado argentino en el último año.
Este fenómeno refleja un tendencia preocupante, según las reflexiones que realizan analistas y consultores políticos que, desprendidos de connotaciones ideológicas, ven que la marcha del país está en franco retroceso y que afecta severamente a distintos sectores económicos.
Nissan ya confirmó que dejará de fabricar vehículos en Argentina y convertirá su operación local en una importadora. Mercedes-Benz sigue el mismo camino y negoció sus operaciones a un grupo inversor local conocido como “Grupo ST”, trasladando la famosa firma alemana su producción a Brasil.
Durante el año pasado se tuvo conocimiento que varios emprendimientos estaban decididos a buscar otros lugares, fuera de Argentina, dado que el retroceso de ventas, la pérdida de competitividad, las convertía en inviables.
Una acción similar, según cuenta en una publicación Ambito Financiero, siguió el gigante tecnológico Xerox, quien vendió su negocio en Argentina y Chile al grupo Datco, un proveedor de tecnologías y servicios de redes de fibra óptica de capitales nacionales.
“El otro alejamiento tras dos décadas de actividad en el país, fue cuando el grupo ST y Prudential Financial Inc. anunciaron la venta de la operación local de la aseguradora estadounidense a la firma argentina”.
“La transacción marcó el fin de la presencia en el país de una de las principales aseguradoras del mundo, que operaba en Argentina desde 1998. La entidad británica, que cuenta con más de 100 sucursales y 3.100 empleados en Argentina, decidió concentrar sus esfuerzos en Asia”.
Por último, otra salida resonante fue la de Procter & Gamble (P&G), dueña de marcas como Gillette, Pantene, Pampers y Always. La compañía vendió su operación local a la argentina Newsan, que amplió su negocio a través de una nueva unidad de consumo masivo.
También anunciaron sus alejamiento del país conocidas y afamadas marcas de ropa y calzado que han visto debilitarse notoriamente sus estructuras comerciales y pese a procurar achicar costos, fundamentalmente salariales, los números no les brindan seguridades para darle continuidad a sus empresas. Ese es el caso de Vitamina y UMA.
“Los sueños, sueños son”, frase del poema “La vida es sueño”, de Pedro Calderón de la Barca. Que aparece en el contexto de una reflexión sobre la naturaleza de la vida.
“La vida es sueño”, es un drama del Siglo de Oro que plantea que la vida humana es una ilusión, una apariencia y un engaño. El poema también plantea la idea de que nuestra vida podría ser un sueño dentro de una vida eterna. Toda una realidad que se plasma en ese relato que quienes están peleando por el poder pretender venderle a la sociedad como el “gran cambio”.
Toda la existencia humana no es más que un engaño, una apariencia, y en tales condiciones el hombre, muchas veces, no tiene libertad de opción para su destino por lo que debe luchar hasta conseguirla.
Esta es hoy la realidad argentina. Debemos poner los pies sobre la tierra y saber que para lograr nuestros objetivos, debemos superar obstáculos, fundamentalmente la mentira.
Nuestro país ya dejó de ser el “granero del mundo” para ser un país emergente que lucha por superarse para ubicarse en un ámbito competitivo donde nadie regala nada.
A los “golpes” estamos aprendiendo. Debemos procurar evitar tropezar con la misma piedra otra vez...
Escriba su comentario