JUEVES 02 de Mayo de 2024
 
 
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Alta carga y saltan fusibles...

Eran advertibles las maniobras que realiza, en su tarea presidencial cotidiana, Javier Milei. Las operaciones sujetas a estrategias bien elaboradas, pensadas y transitando siempre un paso adelante del común de la clase política, siguen cobrando víctimas, ahora dentro de su propia estructura.

En nuestra entrega anterior habíamos mencionado que sorprende el factor “tiempista” del “dúo” dinámico, Javier y Karina, que van generando las necesarias alternativas de cambios internos, sin que para ello deban ser los “verdugos” sino que aparecen como los que resuelven los “entuertos”.

Lo sucedido en la Cámara de Diputados, mostraba certezas de aquello que surgiría a futuro. Era, como decían los “veteranos”, comprar un billete premiado. La vida de Oscar Zago estaba signada por una fecha final de su actividad como cabeza del bloque de los libertarios. Se había enfrentado con Karina Milei.

Contribuyó, como un factor desencadenante, la ausencia de “cintura política” para resolver situaciones que -naturalmente- ocurren cuando están en juego espacios de poder.

Un cuadro de situación que maneja con solvencia Javier Milei, empleando al “Jefe”, Karina, como el brazo ejecutor de quienes pongan en evidencia que no funcionaban en el nivel que ellos pretendían según el esquema libertario.

Se establece una sola forma de gobernar y de legislar partidariamente y es según lo indique el Presidente. Nada que se aparte de sus lineamientos es aceptado y sus decisiones no permiten sean observadas o discutidas.

No establecer parámetros de consenso o posibles acuerdos es un factor preponderante en la conducta de Javier y Karina Milei. Primero sugieren, y si advierten que no se actúa según sus indicaciones, proceden a provocar el espacio de “batalla” necesario para dejar afuera a quienes intenten transitar en forma personal.

El reciente episodio ocurrido en la cámara baja, protagonizado por Martín Menem, presidente del cuerpo, Oscar Zago, hoy ex titular del bloque, y la legisladora Marcela Pagano, muestra claramente cuáles son los indicadores de una política que se ejerce a través de un sólo mandato y sin alternativas de plantear disidencias.

La actividad al frente del bloque del legislador bonaerense Oscar Zago quedó sellada cuando, en una entrevista periodística, comprometió al presidente Javier Milei y con un gesto de altanería y soberbia impensable, desconoció a Karina Milei.

De nada valió que manifestara que respondía al presidente -con quien había convenido en designar a Marcela Pagano al frente de la Comisión de Asuntos Políticos, área que interesa y mucho al presidente Milei- cuando -por otras vías- Karina Milei hizo conocer su rechazo a dicha designación. Este suceso fue conocido por la reacción de Martín Menem -quien responde incondicionalmente a la hermana del presidente-, pidiendo la suspensión de la reunión, que desistieran de designar a Marcela Pagano y, ante la posición de Zago, la orden fue que lo bajaran de la titularidad del bloque.

El final previsible: Zago afuera, posiblemente Pagano siga el mismo camino y sólo les queda la conformación de un interbloque, para poder continuar y tener alguna participación legislativa.

Habíamos hablado de fisuras en la unidad o reacomodamiento partidario. La realidad nos otorgó la razón: nueva estrategia, “salto de fusibles” y un llamado de atención para quienes procuran lograr más poder.

Se acercan días agitados. Sesiones legislativas donde deberán tratarse temas que preocupan al gobierno, como el DNU y la reformulada Ley Base. De no lograrse un trámite favorable en el Congreso, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina, Horacio Rossatti manifestó: “El tema del DNU lo resolverá la Justicia”.

Era una salida esperable si el poder político no lograba llegar a un acuerdo para darle respaldo al Decreto de Necesidad y Urgencia. Arribar a esta instancia es poner en juego otros intereses y se miden fortalezas, entre los Poderes del Estado.

Aún falta resolverse, pero el tiempo apremia y la necesidad del gobierno por contar con una herramienta con la cual operar políticamente está vigente, más allá que Javier Milei haya manifestado que no le interesa demasiado, dado que puede gobernar sin esos espacios legales aprobados.

La realidad indica que tendría enormes dificultades y muchos planteos judiciales. El futuro político de Javier Milei tiene un final abierto.

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