Aunque los aumentos en el precio que piden los propietarios para rentar sus casas o sus departamentos han sido inferiores a las tasas de inflación registradas en este 2025, el monto de los mismos es significativo en comparación con los ingresos de las familias.
La clave en este análisis radica en que, salvo en el caso de los estatales pampeanos, el resto de los trabajadores tuvo aumentos aún inferiores a la inflación. Y esto en el mejor de los casos, porque los cuentapropistas tuvieron una marcada disminución de ingresos por la retracción en el consumo derivada del ajuste del gobierno nacional.
Además, la paralización de la obra pública por parte de Nación generó -cuando no despidos- una merma considerable en los ingresos de los obreros de la construcción. Los comerciantes, en tanto, afrontan una baja en la rentabilidad de sus negocios, producto de esa recesión que marcamos antes.
De acuerdo con datos del portal Properati, al mes de junio de 2025, el precio promedio de alquiler de un departamento en Santa Rosa o General Pico ronda los 265 dólares mensuales, lo que representa un incremento del 8,6 por ciento interanual en esa moneda. En el caso de las casas, el valor medio se ubica en los 290 dólares, aunque con una baja interanual del 27 por ciento. Sin embargo, estas cifras expresadas en dólares deben analizarse con cautela, ya que el valor del tipo de cambio y la modalidad de pago pactada entre las partes varía considerablemente. La mayoría de los contratos se celebra en pesos, por lo que el análisis más realista debe considerar los valores expresados en moneda local.
En ese sentido, una recorrida por las plataformas locales y nacionales revela que, en Santa Rosa, el alquiler de un departamento de dos ambientes puede ubicarse hoy en los 400 mil pesos mensuales, mientras que un inmueble de tres dormitorios supera fácilmente los 500 o 600 mil pesos. A estos montos se le deben agregar expensas, tasas municipales y servicios, lo que hace que el costo total de la vivienda se acerque, en muchos casos, al millón de pesos. Esto representa una carga significativa para muchas familias pampeanas, especialmente si se tiene en cuenta que el salario promedio en la provincia, según cifras oficiales, ronda los 500 mil pesos mensuales.
Esto implica que un alquiler, sumándole tasas y expensas, se lleva el sueldo promedio completo de un trabajador pampeano. Eso lleva a que se busque rentar viviendas de menor tamaño, o en peor estado, para bajar el gasto. En otros casos, se entra en un sobreendeudamiento riesgoso.
En consecuencia, más allá de que el dato duro indique que los alquileres subieron menos que la inflación, la situación de los inquilinos es aún más complicada que antes del inicio del gobierno de Milei.
Pedido de asistencia para pagar alquileres
En Santa Rosa, Toay, General Pico y Eduardo Castex, los datos dan cuenta que creció significativamente la demanda de asistencia para pagar alquileres. Funcionarios del área de Desarrollo Social de las distintas intendencias, sin importar su procedencia política, confirman esta tendencia y han tenido que solicitar ayuda al gobierno provincial para hacer frente a una situación por demás compleja.
La Pampa no es ajena al denominado “efecto boomerang”: jóvenes que habían logrado emanciparse, aunque sea temporalmente, deben regresar a la casa familiar ante el aumento abrupto del alquiler y la falta de ingresos suficientes. No son decisiones voluntarias, sino estrategias de supervivencia ante un mercado que ajusta sin contemplaciones.
Una arista significativa que distingue a la provincia en el contexto nacional es su plan de viviendas sociales, que permite a familias de toda La Pampa acceder a la casa propia. El Instituto Provincial Autárquico de la Vivienda (IPAV) cumple un rol fundamental en este sentido, aunque no alcanza a cubrir el total de las necesidades. Más aún cuando Nación abandonó los proyectos Procrear, en avanzado estado de ejecución, algo que es denunciado ahora con carteles instalados en cada una de las obras que fueron interrumpidas.
Agencia Santa Rosa
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