JUEVES 02 de Mayo de 2024
 
 
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Abril: un mes ‘bisagra’

Ingresamos en el período de treinta días del mes de abril, con los dos primeros de inactividad por la conmemoración del 42 Aniversario de la Recuperación de las Islas Malvinas, también denominado ‘Día del Veterano de Guerra’. Y además, un feriado puente, contingencia que de alguna manera ‘planchó’ las anunciadas manifestaciones contra las acciones emprendidas por el gobierno del presidente Javier Milei.

Si bien las reuniones y los encuentros se registraron, solo hubo trascendidos relacionados a los temas tratados y a las resoluciones tomadas. Aún pese al hermetismo mantenido, han surgido detalles de posibles acciones callejeras que ubicarían al mes, en curso como de profundos cambios.

Aunque resulta difícil establecer en que consistirán las variantes, a nadie escapa que los sectores gremiales, los grupos sociales y los integrantes de la Unidad Piquetera, señalan que las acciones gubernamentales están afectando severamente sus formas de vida.

Las actividades centradas en concretar el ajuste regulado a través del DNU aún vigente, sumados al avance de los recortes en diversos ámbitos del Estado, la negatividad producida por la supresión de la Obra Pública, la retención de fondos a los estados provinciales afectando las economías regionales y en 13 casos poniendo en riesgo la continuidad de las Cajas Previsionales, y con ello, arrastrando todo lo que de ellas depende, se está ante un panorama de enorme conflictividad.

Según se ha podido conocer en las últimas horas, la CGT ya estaría organizando paros generales que afectarían a todo el país, atento a que se suma el transporte en todas sus actividades. Esa posible paralización llevaría como consecuencia el arrastre que se produciría al cortarse el suministro de combustibles, materias primas a distintos puntos de producción, alimentos, además de conspirar con las fuentes de trabajo; si se concreta tal como lo están programando.

Con simultaneidad, grupos sociales y las 34 agrupaciones de Unidad Piquetera se sumarán con marchas con destino a CABA, centralizándose en manifestaciones ante el Ministerio de Economía y de Capital Humano en reclamo por alimentos, planes sociales y recuperación laboral.

Ante la posibilidad que se concreten estas movilizaciones, ya se habrían puesto en marcha las reuniones con el fin de instrumentar el programa antipiquetes, al cual obedecen fuerzas dependientes del Gobierno Nacional y las de la Ciudad, a efectos de controlar e impedir que sean un factor que entorpezca la libre circulación por los principales accesos al centro porteño y que se cumplan la premisa de que las movilizaciones se realicen por las veredas.

A estas actividades la ciudadanía en general deberá enfrentar la ‘oleada’ de aumentos anunciados a instrumentarse en el corrientes mes. El de combustibles ya se concretó, siguen en carpeta y tienen vigencia a partir de ayer las prepagas, la desregulación de yerbas y pan, al liberarse la producción yerbatera y la harinera.

Todo indica que habrá fuertes subas, que se sumarán a las ya existentes y constantes que, liberadas, acompañan el índice inflacionario y la volatilidad del dólar. Estas alternativas pronostican que que se avecina un severo panorama, social, laboral, comercial y empresario.

Todo el escenario que se percibe presagia situaciones que podrían motorizar desencuentros políticos de envergadura que agravarían el estado de quiebre en las relaciones del Gobierno Nacional con las provincias, gremios y mantendrían el cuadro de confrontación con los grupos sociales.

Y vuelve a constituir un dilema sin resolver o que resulta más difícil, sin encontrar el camino de concordia que permita arribar a consensos en los cuales todos aporten en búsqueda de lograr un cambio que no resulte traumático, que evite profundizar el problema laboral y comiencen a restablecer indicadores de recuperación social, que hoy están en franca caída.

La realidad señala que el optimismo no pasa por su mejor momento. Todo lo que se ve es el fenómeno de una grieta que se profundiza día a día, pese al intento de muchos sectores que procuran restablecer la metodología del cierre utilizando las herramientas de un acuerdo nacional que nos deje de enfrentar a unos contra otros.

Todo hace pensar que en este mes crecerán las protestas ante el rechazo al ajuste del Gobierno y a las limitaciones salariales, que serán el detonante que acelerarán las medidas de fuerza.

Parecería un frente de ‘guerra’, por ahora imposible de desactivar. Los esfuerzos del ministro del Interior Guillermo Francos por generar voluntades a favor del DNU y Ley bases, objetivo que pretende en las reuniones que mantiene con gobernadores ‘afines’, no alcanzarían el resultado esperado.

Hay numerosos mandatarios provinciales que ya están convencidos que la puerta de acceso a pelear por sus derechos es la Corte Suprema, dados los infructuosos pasos establecidos en procura de acordar políticas de Estado nacionales que favorezcan y eviten el achique de los Estados subnacionales.

Reiteramos conceptos ya enunciados en nuestras entregas. Estamos, como muchos integrantes de la sociedad argentina, pensando que sin acuerdos que legitimen y protejan a la ciudadanía y a su aparato productivo, es imposible obtener buenos resultados.

Se podrá lograr el costo fiscal a cero, achicar el Estado, liberar el mercado, equilibrar finanzas y financieramente comenzar la etapa de recuperación. Pero si no se obtiene la paz social, creemos que todo será en vano.

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