Una buena manera de establecer los parámetros con los cuales, desde ayer, ha comenzado a manejarse el mercado financiero en Argentina y naturalmente las repercusiones en el mundo de la economía, es estar atento a las alternativas diferentes que plantea la plaza.
Una liberación controlada del dólar, al romperse el cerco del cepo, abre perspectivas de iniciar un camino de recomposición que tiene buen relato, pero hasta ahora no logra consolidar realidades; solo insinúan posibilidades.
Según qué economista, analista, especialista en temas económicos se escuche o vea, se recogen interpretaciones que en alguna medida son coincidentes: algo había que hacer para evitar un default que nos regresara al pasado.
Y en otros aspectos sostienen argumentaciones, unos: mesuradas, prudentes, que pretenden tranquilizar sin llegar a la euforia, criterio que otros mantienen sosteniendo que ya estamos en camino de encontrar las respuestas a los quebrantos sostenidos que ha sufrido la Argentina.
Eso se desprendió de las declaraciones del legislador José Luis Espert, economista y ahora férreo defensor de las políticas que está implementando el presidente Javier Milei a través de las operaciones de Luis “Toto” Caputo, ministro de economía. Para él todo es diferente a lo vivido.
Vamos de banquina a banquina. Se evita el vuelco, hay derrapes y aparecen los “iluminados” que con habilidad de campeones del mundo al comando de un fórmula uno, lo estabilizan y predicen el gran futuro nacional.
Tal como lo expresa La canción “A suerte y verdad” de Carlos Waiss es: “una profunda reflexión sobre la vida, el paso del tiempo y las experiencias acumuladas”. Todo eso es Argentina, hoy.
Pretendemos no ser pesimistas. Propendemos a ver y juzgar las cosas por el lado más favorable. Nos consideramos optimistas y procuramos ver el lado positivo de las cosas.
Nos sucede, como a cualquier ser humano, que la realidad nos golpea y provoca reflexiones, no siempre saludables, más allá de intentar ver el lado cierto de las cosas. Por estas circunstancias resulta un tanto confuso el panorama que enfrentamos día a día.
Ver y escuchar periodistas profesionales, algunos, otros no tanto, pero que acuden a quienes desde sus formaciones en áreas económicas tienen acceso al mundo difícil de los mercados financieros y manejos económicos, muestran criterios desconcertantes.
Unos aplauden, otros solo tiran pálidas y en ambos casos argumentan sus pensamientos y hacen ver sus realidades que, normalmente, están alejadas de las que soporta la ciudadanía.
El mercado financiero argentino fue ayer una verdadera lotería. El dólar salió con un determinado valor y a escasamente una hora de estar en la rueda de compra y venta cayó por debajo de los 1200 pesos, con oscilaciones de un 5 al 8 por ciento, que se mantuvieron en ese ritmo hasta el cierre del mercado.
Según un conocido analista económico, se buscaba un equilibrio hasta alcanzar ciertos niveles aceptables de compra y venta en la franja flotante,situación que de mantenerse evitaría cualquier corrida esperable en otros círculos financieros.
El pedido del presidente Milei a los exportadores de granos que los liquiden antes del mes de julio, fecha fijada para el regreso de las retenciones al agro, supone claramente un desafío a la especulación: O venden o pierden.
Difícil saber si estas variables se producirán atento a los acercamientos que el gobierno mileista ha intentado con el campo y las entidades representativas del agro argentino.
Será un objetivo el romper o solo una amenaza que procura evitar que se siga reteniendo la cosecha en procura de una estabilidad monetaria que les brinde réditos importantes.
Todo indicaría que Javier Milei y su equipo están abocados al juego de “suerte y verdad”. Si dan todas las condiciones que ellos plantean y de alguna manera promocionan, el gobierno entraría en un estado de equilibrio, por lo menos hasta octubre, fecha que se han fijado para alcanzar un segmento electoral con el cual puedan aspirar a lograr reunir el número suficiente de legisladores y de esta manera gobernar sin sorpresas ni presiones.
Este tema arroja varias inquietudes: El operativo logrado ahora ¿es un respaldo a sus ambiciones de poder? Si así fuera: ¿Qué sucedería si los cálculos fallaran? Porque en política nunca hay que dar por asegurado un voto hasta que no se abran las urnas.
Todo indicaría que la presencia del secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, creó en un clima de expectativas ante la posibilidad que se lograra una cooperación bilateral.
Hubo charlas que escalaron desde el Ministro Caputo hasta cerrarla con el presidente Milei, de las cuales no trascendieron detalles que señalaran algún acuerdo económico y si existió postergan hasta mañana los posibles detalles.
Se conocieron expresiones del enviado norteamericano quién señaló que: “Argentina puede lograr un futuro prometedor para su población mediante políticas económicas que brinden estabilidad y crecimiento tanto para los trabajadores del país como para las empresas del sector privado dinámico”.
Las cuestiones inherentes a posible ayuda económica del Tesoro de los EEUU, fueron solo trascendidos; aunque el viaje de Bessent, uno de los principales funcionarios del área económica de Trump, suponen los analistas internacionales, tiene como misión fundamental concretar este auxilio de orden financiero.
En síntesis Javier Milei, Luis Caputo y equipos están jugando a “suerte y verdad” la chance de darle forma al inicio de su tercera etapa gubernamental.
Todo a su debido tiempo y armoniosamente, parece ser la consigna.
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