Cuando nos sentamos frente a la computadora, porque nos dijeron: ‘Cumplimos 99 años de vida, algo debemos decir’. Se nos ocurrió que bastaba con expresar: Muchas Gracias.
Pero pensamos si no era injusto no recordar, hacer un poco de historia. Ellos, los que transitaron diferentes etapas en la vida de La Reforma se lo merecen.
Y era cierto, la lucharon antes, se peleó para sobrevivir y los últimos años fueron una mezcla de todo. La Reforma, pertenece a General Pico y su zona. Fue un sello que supo enfrentar, siempre gracias a la familia ‘reformera’, todas las tormentas que se cruzaron a lo largo de estos 99 años de vida.
General Pico se caracterizó desde su fundación, acaecida un 11 de noviembre de 1905 por Don Eduardo de Chapeaurouge, destacado agrimensor que cursó estudios en Europa y Estados Unidos, fundó varias ciudades en La Pampa y provincias vecinas, con amplias ventajas y posibilidades de desarrollo para su época, por su pujanza y el ansias de crecer.
A los tres años de su fundación, General Pico, estrenaba la primera expresión periodística, el ‘Sarmiento’ fundado y dirigido por don Aníbal Cambas, en 1908. Tenía veintitrés años cuando cumplió la etapa de ser el primer periodista de esta ciudad y, junto a Luis P. Argentó, constituyeron los bastiones previos a la aparición de La Reforma.
La incipiente ciudad, tuvo siempre y por muchos años vecinos que llevaban en la sangre la llama encendida, conectarse y crecer como población, fue el claro objetivo que se trazaron. Un crisol de razas, que se sintieron hijos de esta tierra y acá constituyeron sus hogares y formaron sus familias.
Antes de centrarnos en La Reforma, creo merecen una recordación las primeras expresiones periodísticas que finalmente culminaron en nuestro medio que hoy luce sus 99 años. No podemos pasar por alto las pioneras expresiones periodísticas que marcaron el camino entre diarios y revistas; entre las que sobresalen: El Eco de General Pico, semanario bien escrito y de indiscutible prestigio; La voz de pueblo, que duró muy poco tiempo.
Después la Revista de la Asociación de Maestros de La Pampa de publicación mensual; Nuevos rumbos; La Sotana, ocurrió después que una misión diocesana, integrada por los padres Alva, José Urquiza y Antonio Medina, queriendo instaurar una capilla en General Pico, la cual fue repelida por el movimiento masónico de ese entonces en el pueblo, que se valió de la prensa escrita para espantar a los misioneros.
Hubo otras manifestaciones periodísticas, hasta que el 2 de junio de 1923, por inspiración de un bohemio como fue don Manuel Carmona Ramírez, salió a la luz La Reforma. Sus antecesores venían de ‘Cuevas Bajas de Antequera’ (Málaga), y tal vez de allí procedía esa bohemia con un poco de ‘gitanería’ que en Manuel Ramírez, un lector profundo e incansable, dueño de un permanente afán de saber; habría de transitar bajo otros aspectos propios de un espíritu culto, caballeresco, y de diálogo abierto.
De ocupación mozo y peluquero, llego al país vinculándose a inquietudes propias con su temperamento. Incursionó en el periodismo porteño, con ideas socialistas y anarquistas.
El primer número de La Reforma se imprimió a fines de mayo de 1923 en la imprenta ‘La Comercial’, del señor Bernardo Quintela. La misma funcionaba en la esquina de la calle 17 y Avenida San Martín.
En realidad estaba ‘casi’ todo listo, faltaba el nombre, que llegó por inspiración de don Manuel D. Degreef, y fue con el de La Reforma que salió a la calle el día 2 de junio de 1923, año en que la intensa nevada no sería olvidada por los pueblerinos.
Ese primer número, mostró el apoyo comercial y sus páginas fueron una muestra cabal de una localidad que ya mostraba una enorme pujanza y su crecimiento se materializaba en forma exponencial.
De la imprenta Quintela pasó a la imprenta La Propaganda de Manuel Correché y con los años y su crecimiento como el medio de General Pico y el norte provincial fueron la determinante para que se decidiera tener sus propias máquinas impresoras.
La Reforma crece y el 1ro. de Enero de 1927, pasó de bisemanario a ser diario. Desde allí en adelante el crecimiento fue merced a la consustanciación que lograron con la comunidad, haciéndose parte de ella.
En 1944 La Reforma, ya convertido en parte de la sociedad piquense, tiene un cambio que marcaría sus destino, Ramírez deja la conducción. En realidad deja todo lo que había construido en General Pico y se mudó a la provincia de Santa Fe, a una pequeña ciudad conocida como Chobet, y ahí es adquirido por los Sres. José Matilla, F. Martín Burugorri, Juan B. Pibotto y el Dr. Jacobo Caplasky (quedando, poco después, al frente José Matilla).
José ‘Pepe’ Matilla, había ingresado como canillita con 11 años de edad y tenía enormes inquietudes que determinó que Carmona Ramírez, lo adoptara y guiara durante sus años de juventud hasta que cuando cumplió los 30 años decidió dejarlo al frente.
Pasaron 99 años, ellos no están, pero su impronta y esa determinación de José Matilla, que señalaba, como fue precisamente él, quien, como síntesis de ese compromiso ciudadano, acuñó el término piquenserismo, recogido mucho después como una significación equivalente a la militancia.
Según el viejo director de este diario, piquenserista no es el nacido en Pico ni el que lo habita, pues para eso existe el gentilicio de piquense. Piquenserista es aquel que ama, sufre, goza, trabaja y se desvive por la ciudad, su bienestar y crecimiento.
A la par de esa figura, fueron otros los que forjaron una empresa que estaba entrañablemente consustanciada con la ciudadanía. Ernesto Robla, Miguel Serralta, José Escol Prado, Adolfo Pattarone, un entrerriano que fue maestro de un taller que comenzaba a dar sus primeros pasos.
Después vinieron quienes con su aporte, dejaron grabadas las mejores páginas de La Reforma, Carlos Reinaldo Jaekel, Héctor González Herrero, Daniel Primo Barutta, Armando Forteza, Hugo Ferrari, Hugo Archanco, el ‘Gordo‘ Dabove, Ibero Arroyo entre muchos otros que se pusieron incondicionalmente la ‘camiseta’ reformera.
Adentro en la ‘manufactura‘. Mateo Pascual, Carlos Brizio, José Luis Burque, Aldo Cantoni, ‘Tatuna’ Quiroga, Hugo Garro, Carlos ‘Rosco’ Ibarra, Rubén Oscar Cavallotti, Miguel Montauti, Aníbal Arp, Tomás Novillo, ‘Cuchara’ Paolucci, Abel Beltramo, Julio Dante Genovesio, Chito, Elsa Ruano, Mirta Sarria, Isabel Albín, Marta Zangara, Liliana Abud, el ‘Gringo‘ Bellezze, Arturo Rodríguez, Bermúdez, los Balcarce padre e hijo. En la administración Edith García, Margarita Santillán, Adriana García, Jorgelina, nombres profundamente recordados y muchos más que eran reformeros/eran a quienes pedimos disculpas por no mencionarlos en esta oportunidad -pero nunca olvidados- dado que los contamos como parte de nuestra gran familia.
Hoy seguimos, porque una expresión periodística nunca termina de llegar, pero es motivo de la evocación profunda. Porque mirar hacia atrás es recordar que tenemos un valioso pasado, que transitamos un presente difícil y que miramos con fe el futuro.
La realidad nos trajo a la actualidad, donde un invalorable grupo de ‘reformeros’ pusieron el pecho a las dificultades, que fueron y son muchas. Que mantuvieron La Reforma como la expresión periodística del norte de La Pampa. A ellos mucho les debemos y corresponde, no solamente que sepan que ese esfuerzo se reconoce, sino hacerles llegar el ‘GRACIAS’ POR ESTAR Y SEGUIR. AHORA VAMOS RUMBO AL CENTENARIO.
(Material de consulta: Cristian Rodríguez, Junta de Historia Regional - Publicaciones de los 40 y 50 años de La Reforma).








Escriba su comentario