Vamos de emoción en emoción. Las imágenes nos van mostrando ese mundo que vivimos a lo largo de una vida, compartida en equipo, como se ha distinguido a la ‘gran familia reformera’.
Desde muy chicos, cuando compartiendo el ruido de, primero: la plana y luego la rotoplana, sabíamos que el diario estaba en marcha, comenzamos a sentir y vivir el periodismo. En esa época nuestra casa familiar estaba junto al Diario, en la calle 20 Nº 627. Al lado Fuentes, enfrente, estación de servicio Bacigaluppi, años más tarde los hermanos Larandaburu, Valfor, Filippini, la Agencia Ford, la Farmacia Suárez, Armería La Vega, en la esquina la tradicional verdulería-almacén De León, que regenteaba Don Tomás y su esposa, todo parte de la historia.
Desde temprana edad nos acostumbramos al trajinar periodístico. La figura paternal de Ernesto Robla, los viejos componedores y los linotipistas que fueron parte de una etapa de modernización, que hablaba claramente que La Reforma se consolidaba.
Cuando uno comienza a recordar, se da cuenta que cien años no son tantos, eran un objetivo, decía ‘Pepe’ Matilla, ‘hay que bregar todos los días porque la gente de General Pico, nos necesita. Y agregaba: ‘... el tiempo se mide por los hechos, no por los años que transcurren...’.
Mientras él marcaba esas pautas asentía, frente a su Lexington 80, Primo Daniel Barutta, que oficiaba de secretario periodístico, lugar que ocupó hasta que se trasladó a su nuevo destino, junto a Juan Diván como director de LU 37.
El centenario nos encuentra en plena tarea de recuperación y reacomodamiento a las nuevas tecnologías, que son la herramienta informativa que brinda la inmediatez de la noticia, uno de los mecanismos que hoy manejan con fluidez los ubicados en el target de los 15/16 a los 45/50 años.
El diario de papel, será eterno, decía un profundo conocer del mundo de la noticia. Se complementa con la modernidad y ese aggiornamiento es el que debe estar presente para consolidar el medio informativo y convertirlo en un pujante multimedio, que alcance a todos los sectores.
Pero La Reforma, tiene una historia particular. La fundaron con una premisa: ‘Reformar y darle continuidad a la creatividad y crecimiento de una pujante comunidad que se había convertido en el eje del norte de la provincia de La Pampa. Soñadores no faltaban...’.
‘Debemos fortalecer el sentimiento del piquense. Se debe recrear el piquenserismo, como piedra fundacional de que eso somos todos nosotros’.
Eso indicaba José Matilla, en ese entonces Director del medio periodístico, que lideraba un grupo formidable de ‘escribas’ que en la fragua diaria marcaban el ritmo de la ciudad, su comercio, sus instituciones y todo aquello que indicaba que General Pico, crecía.
Hubo épocas difíciles que se sortearon con mucho esfuerzo y dedicación. Nunca se perdía de vista el objetivo, ni se dejaba de lado que el piquenserismo era una realidad. Constituía una fragua que moldeaba y marcaba a las nuevas generaciones en el amor por el terruño.
La Reforma pasó a ser un hito trascendente en el concierto de empresas que se desarrollaba en la comunidad. Trascendimos, llegamos a través de José Matilla a ser considerados en el orden nacional, integrando por varias décadas el cuerpo directivo de Adepa, Adira, organismos en los que estaba reflejada la prensa de toda la Argentina.
Los años fueron pasando con sus etapas a favor y otras no tanto, pero siempre, la familia reformera, pensando que el futuro estaba ahí, que no se podía bajar los brazos, acompañando a los piquenses que luchaban por recuperar el lugar que siempre había tenido en el concierto del territorio primero y provincial después, seguía firme la consigna.
Una extraña marginación de carácter político dejó a la ‘perla del norte’ sin vías de acceso, comenzando una transformación que tenía bases muy sólidas en la lucha de todos habitantes.
También conspiró la caída del servicio ferroviario y hubo que reformularse como sociedad, ahí también estaba La Reforma. Los años avanzaron y lentamente se fueron recuperando, costó y de ser la ciudad con mayor proyecto de crecimiento a futuro, fue postergada por la natural explosión que alcanzó la capital de la provincia, Santa Rosa.
De todas maneras con el orgullo de ser parte del piquenserismo, General Pico se constituyó en el eje del norte de una provincia mediterránea que se transformó en la conexión del centro-norte del país con el sur patagónico, La Reforma seguía acompañando este nuevo proyecto.
Y finalmente se llegó a este 2 de junio de 2023, cien años después que varios soñadores vieron que La Reforma, estaba totalmente integrada a la sociedad piquense.
El compromiso de seguir acompañando el profundo piquenserismo de la gran familia ‘reformera’ está materializado en poder mirar al frente y con orgullo poder decir: Estamos cumpliendo.